Gato de gruta
Felipe era un gatito como cualquier otro, hasta le gustaba que lo llamen Felipe un nombre poco original para un gato.
Había sido abandonado en un basural, en una bolsa de arpillera vieja de la cual solo él pudo escapar es difícil la vida del gato encerrado y corta sobre todo. La necesidad de ingerir algo para palear el hambre y la sed que lo agobiaban hicieron que tomara un brebaje extraño que se encontraba a pocos pasos de el, si hubiera sabido que esta decisión cambiaría su vida para siempre, solo quizás si lo hubiera sabido y hubiera tenido la inteligencia gatuna para razonarlo, cosa que no tenia pues era muy joven aun y el instinto era su único aliado, habría elegido el camino de la muerte ¿o quizás no?, pero habría elegido ¿quien sabe?. La visión de sus hermanos en las cuales con ejércitos de insectos entrándoles por todos los orificios narices, boca, orejas, ano y moscardones verdes en los ojos, y la naturaleza de supervivencia lo habían hecho tomar el camino de la salvación personal pero el recuerdo de esa escena nefasta lo atormentarían a lo largo de toda su vida.
Pero volviendo a lo que en realidad sucedió Felipe ( que todavía no se llamaba así pues nadie le había puesto nombre alguno ), bebió ese caldo que había encontrado pegado al tronco de un extraño limonero, inmediatamente después fue atacado por una iguana de proporciones extraordinarias y con una fuerza y una velocidad que no supo hasta mucho tiempo después de donde la había sacado, Felipe corrió a la deriva, quien le hubiera dicho que ese bicho horrendo que lo ataco años mas tarde le salvaría la vida y se convertiría en su mejor amiga o amigo pues era bisexual.
Paso toda la noche bagando los sonidos de la costa se mezclaban con el ruido de los camiones del cinturón ecológico y el olor pestilente a basura quemada, que no lo dejaban guiarse ni siquiera por el olfato, se sentía raro, tenia una percepción muy desarrollada para un gato de su edad como un sexto sentido elevado a la encima potencia, aptitud que no habían podido desarrollar ni los antiguos gatos de los faraones o el propio gato de Hermes Trimogenito, el famoso Felipgenito que era a la edad de doscientos años ( pues los gatos egipcios tienen el don de la longevidad, otorgado por los Dioses) un gato muy sabio al que el propio Hermes pedía consejos y dejaba el trabajo de traducir el designio de los astros, el gato echado todo el día panza arriba en un almohadón tejido con las mejores lanas, atendido por hermosas doncellas vírgenes, conseguía un ángulo ideal para sus lecturas astrales, hasta que un día cansado de su trabajo, su edad y de haber pasado toda la vida castrado al servicio de los caprichosos faraones sufriendo las burlas de todos los gatos y gatas, trucheo las lecturas que informaban sobre unas plagas y otros males, se fueron los judíos que en esa época eran esclavos y por lo tanto la mano de obra y como los egipcios solo sabían embalsamar y andar camello se les vino el imperio con sus grandes pirámides y su leche de cabra a la mismísima mierda.
No se supo mas nada del fabuloso felino, algunos estudioso afirman que emigro con el pueblo de Abraham, y que este se encariño tanto con el animal, que hasta el día de su muerte no dejo de escuchar sus consejos, Felipgenito era muy histérico y no se podía adaptar a los nuevos hogares, le molestaba el calor, el frío, la lluvia, la sequía, en realidad este mal lo sufren la mayoría de los gatos en la actualidad, es El Mal de Arraigamiento, por el cual es muy difícil mudare cuando uno tiene un gato. Los lideres del pueblo judío valoraban la importancia de las enseñanzas y consejos del cuadrúpedo, este nunca se equivocaba, y si le hubieran hecho caso con el asunto del petróleo, en este momento tendrían el monopolio total, a cambio de sus invalorables consejos los lideres le prometieron vagar por el mundo hasta encontrar un lugar donde se sienta cómodo, la llamada Tierra Prometida, el pueblo no sabia que todo ese asunto de la Tierra Prometida, se debía a las dificultades de adaptación de un gato castrado, sus lideres conservan el secreto y solo los altos grados de ciertas logias pueden tener acceso a los consejos de Felipgenito. Los chismes de las sirvienta y prostitutas que atienden a estos altos jerarcas cuentan de a trozos las historias del pueblo y el gato, pero la hipótesis les parecía tan ridícula a los maestros, descartándola de inmediato. Francamente al principio de la peregrinación de este pueblo todos sospechaban de los caprichos del gato, una de las razones principales era que frecuentaban casi todos, desde los carpinteros hasta los jefes a la misma prostituta, Raquel no era la mas linda pero era económica. Cuando esta murió asesinada por un rabino que quiso ocultar su pecado para siempre, se descubrió un manuscrito, lo que hoy día llamaríamos una tesis, en el cual se cuenta desde otro ángulo el éxodo judío, algunos dicen que el manuscrito original se perdió en las constantes mudanzas, otros sospechan que esta guardado en secreto en alguna sinagoga, lo curioso de el caso es que Raquel no sabia escribir, el copista fue uno de sus amantes, quizás Aaron escriba y amante del sumo sacerdote. Hace unos años comprando un lote de muebles y herramientas en una subasta en la cual se remataba todo, inclusive el inmueble, ubicado en Parque Centenario en la calle King entre Av. Diaz Velez y Potosi di con el segundo manuscrito, las casualidades de la vida me llevaron a él, yo realizaba una de mis acostumbradas visitas al Dr. Lepoldo Vivas que trabajaba los jueves a la mañana en el Hospital Italiano, él me trataba de una vieja lesion en el tobillo producto de una desgraciada patada adquirida en el campeonato interprovincial de futbol. Al pasar por la puerta de la casa un hombre me dio un panfleto anunciando el remate el cual se estaba realizando en ese presiso momento, como siempre la curiosidad pudo mas que el compromiso.
En cuanto al papiro, la lengua en la cual esta escrito cayo en desuso hace siglos por lo cual se hace muy difícil decifrar el contenido, un viejo sefaradi me ayudo con la interpretación de alguna de las historia, pero ya casi no ve y sus momentos de lucidez son escasos peligrando la veracidad de los relatos.
En cuanto a Felipgenito no tengo dudas de que esta vivo, es la etapa de su madures, hay gente que afirma que pasa los meses de otoño en Buenos Aires y luego vuelve a Nueva York, detesta Europa y Asia, sufrió un severo accidente en el mil ochocientos cuando un mastín napolitano quiso tomarlo de cena, fue rescatado justo a tiempo y hoy día las medidas de seguridad son extremas, tiene su propio servicio de inteligencia y solo lo visitan los altos funcionarios del banco mundial, de la curia, un multimillonario que vende computadoras y sus amantes, entre los cuales se encuentra el anteriormente nombrado testaferro de toda la fortuna del gato, estos datos me fueron brindados por Roberto dueño de una cadena de peluquerías muy importante, el cual conoció a Felipgenito trabajando como acompañante en una exclusiva agencia, pero no quiso revelarme mas datos, dice que todo en la vida tiene su precio y como a mi no me gusta la carne de chancho decidí continuar mi búsqueda por otro lado.
Pero volviendo al relato que nos incumbe, estabamos hablando de la habilidad de Felipe, mayor en ciertos aspectos sobre, todo en el sensorial a la de Felipgenito. Esta habilidad conseguida indudablemente por la ingestión del misterioso brebaje el cual se mezclo con su sangre y substituyo ciertas cadenas de su ADN y provoco múltiples cambios químicos en el organismo del felino, no fue la única que desarrollo, descubrió que podía saltar con una destreza extraordinaria al sitio donde quisiera, así subió de un solo salto un árbol de unos quince metros y se mastico en un bocado a tres pichones de gorrión que estaban esperando que su madre les traiga de morfar. También inmovilizo con un chorrito de meo al perro del botellero el cual que quería impedir inútilmente que se colara al carro. En este paseo por toda la villa que bordea uno de los tantos arrollo que se extienden como interminables várices por la costa del Río de al Plata. Su chofer no se percato de su presencia estaba ocupado metiendo la nariz en una bolsa, el gato en su insaciable curiosidad de aprender hizo lo mismo, cuando este se echo a un costado y quedaron los dos en la famosa posición de Felipgenito, experimento una sensación confusa, propia del poxirran, cayo en un sueño profundo en el cual soñaba con animales acuáticos sin miembros, con aletas, escamas y una extraña cola ; a pesar que otros de sus dones era poder respirar bajo el agua sin ninguna dificultad en toda su existencia nunca pudo ver uno de estos animales y la necesidad de este hallazgo se convirtió en una obsesión que todavía lo acompaña.
Cuando se despertó estaba sobre un almohadón en una casa lujosa una niña lo acariciaba y le decía – dormí Felipe, dormí que esta muy cansado – el gato le hizo caso, no sabia como había llegado a ese paraíso pero tampoco le importaba mucho solo disfrutaba de las caricias y así paso toda la primavera entre almohadones, mimos, y extraordinarias comilonas, fue aumentando de tamaño, se atrofiaron sus músculos pues ya no necesitaba pegar grandes saltos para conseguir un poco de comida, solo tenia decir miau un par de veces y un nuevo banquete lo esperaba a unos metros de su aposento, también olvido sus facultades clarividentes pues el cariño lo transformo en ocioso y solo pensaba en su protectora la cual no seseaba de mimarlo... continua
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