FOTOGRAFIA





Maniquí,
no ocultes tu rostro
debajo de tus brazos
como un arco,

en el diámetro del plano
giras,
tuerces la postura de la espalda
hacia los pies,

vences el miedo
y la cámara sujeta el tiempo
al plasmar el instante absoluto,
el eje de la escena.

Sonríes,

(sonrisa de la mujer más bella

que he visto en mi vida)

te dejas un respiro
tomas un poco de agua y me dices:
“Tengo que descansar”.

Luego sugieres,
que el centro de la escena
sea fotografiada en el instante de mayor esfuerzo,

el enfoque va con dirección al centro
de los músculos que se mueven
cada ves que tu te desplazas mas rápido
y enloqueces,


el flash dispara continuas descargas,

pero entonces interrumpo
porque dices que me vaya,
que quieres estar sola.
pero yo no me retiro
y te suplico quedarme,
tú sonrisa es cruel
y te alejas danzando algunos pasos hacia atrás,
pero yo estoy rendido a tu poder.

Tras infinitas sesiones
revelo las fotografías,
pero pierdes el control
de tus actos al observarlas,

entonces furiosa
lanzas la puerta y sales a la calle
llevando el aire
que te hace creer poderosa
y empiezas a correr.
y al tiempo le robas su memoria
y te pones a llorar
porque ya no puedes amarme,
ni buscarme por todas partes
porque yo ya estoy muerto
y porque tú ya no puedes bailar
y porque has perdido la cabeza
hasta de recordar cuando te soltabas a reír.