De la serie de cuentos encadenados titulados
«La Negada»
I
Estabamos conversando en el bar Ghandi, cuando apareció su madre.
- Hola
- Hola ma
- ¿Qué tal señora?
- Bien, y ustedes
- Bien
- ¿Qué haces aca?
- Charlaba. Vos
- Caminando
- Ah
Los tres nos quedamos sin decir palabra, algo difícil de explicar, me sentí incomodo. Todos lo estabamos. Eran madre e hijo, y yo. Permanecía parada al costado de la mesa. Corrí la silla intentando incorporarla en el circulo que nos encerraba. Nada. La escena duró unos minutos. El silencio se me hizo insoportable. Pregunte algo, no recuerdo que. Nadie contestó. Ella miraba al hijo. Al que la negaba. Él no la miraba, me miraba a mí, y sonreía.
- Chau nos vemos en casa, venís a cenar
- No sé
- Chau
- Chau ma
Seguimos hablando de música, como si nada hubiera pasado.

¿En qué momento nos perdemos del otro?
¿Cuándo nuestra propia carne se nos hace indiferente?