No se si somos cómplices o conocidos, se cruzan palabras, miradas, saludos, descubriendo gestos reflejados de nosotros mismos, tratamos de acercarnos pero retrocedemos dos pasos confundidos o asustados, cruzándonos de brazos.
No se entre nosotros que esta pasando, continuamos con patrones, paradigmas, miedo al rechazo, adivinando silencios en espera de quien caminara el puente hacia el otro lado, desconfiando de la percepción cuando de lejos disimuladamente nos dedicamos al acecho, quedando siempre en hablar en un futuro para quedarnos callados luego y volvemos a intercambiar miradas de complicidad, sonrisas, pasión por la música, descubriendo gustos relativamente parecidos a los de nosotros mismos, tratamos de acercarnos pero nos conformamos con los ofrecimientos fáciles de otros labios, impotentes, sin excusa para caminar el puente hacia el otro lado, cruzándonos de brazos.
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