¿Y si dejamos de lado los miedos para poder superarnos?
¿Y si creemos que la vida es bella y que nuestros ojos no alcanzan a verlo?
¿Y si soñamos nuestras metas mientras no las alcanzamos?
¿Y si vivimos la paz, aunque sólo sea en nuestro interior?
¿Y si meditamos para comprender a los que no merecen comprensión?
¿Y si regalamos dinero a alguien que no conocemos?
¿Y si imaginamos lo bueno de la gente mala?
¿Y si buscamos un tesoro en cada mirada vacía?
¿Y si recordamos que hemos olvidado buenos momentos?
¿Y si nos vemos al espejo y conseguimos observarnos por dentro?
¿Y si miramos a la luz y encontramos un camino oculto?
¿Y si nos empeñamos en sobrevivir al duelo?

¿Y si así nos sentimos mejor, qué habrá de malo en ello?

Podemos hacerlo, empecemos por elaborar nuestra mente para, algún día, poder contar un bonito cuento.