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Martes 15 de junio, acá estoy sentada en el bar de siempre, tomando un café don leche doble para ver si se me escapa el frío de los huesos, buenos aires se despertó lluvioso triste y melancólico y gris, o será que así me siento yo?.
En la mesa el café casi sin tomar, en mis manos carta de Laura, todavía no sé si creer lo que leen mis ojos, o si es una broma, pero en el fondo sé que bien cierto es. Mis sospechas estaban ahí a pesar de querer ocultarlas, de querer taparlas.
Fechada 5 días atrás con remitente de Barcelona, con el calor del verano oculto en sus renglones. Y su letra y su pulso diciéndome que ya no iba más que no me perdonaba que no me fuera con ella, que relaciones a distancia no existen, bien sabía yo que no existían y en la incomprensión de ella ante mi imposibilidad de viajar, vi ahí la primer rajadura en toda esta tela de sentimientos, si bien siempre tuvimos algunas peleas nunca fueron serias, ahora ella a la distancia, tomando distancia de mi de todo esto que nos rodeaba y nos ahogaba, ahí esta ella con su letra desprolija, diciendo lo inevitable aquello que quise ocultar mientras ella estaba aquí conmigo, diciendo sin decir dejando a un papel el vergonzoso acto de cortar una relación a través de un papel, es que no tendrá ovarios para aunque sea llamarme?. No, evidentemente no pues si la carta tiene 5 días y no tuve más noticias de ella debe ser definitivo, pues no la llamaré, no le escribiré, serían vanas si ya sé que no tenemos futuro, que somos distintas, pero el amor no sabe de condicionamientos, aparece y ya.
Pero ella, “Hola ¿cómo va?, ¿Tanto tiempo? ¿Cómo está Buenos Aires? ¿Cómo estás tu? Como ves, ya se me pegó el tu y bueno el hombre es animal de costumbres, jajaja.” Siempre tan natural, siempre tan cordial, “Por acá todo bien el aire es maravilloso la gente es muy copada, simpática, he sido bienvenida por todos”, siempre rodeando indefiniblemente el meollo del asunto con trivialidades...”Mira la vida aquí es muy buena, y aunque al principio pensé que podrías venir..” Recién aquí va tomando sentido viene lo importante de la carta “ahora no estoy muy convencida, sabés que nos llevábamos bastante mal. Si, sé que una relación se hace de dos personas, no esquivo mi culpa, pero este viaje me ha servido para pensar, seriamente en vos, en mi, en lo nuestro”, aquí me doy cuenta de lo que se propone abiertamente, hipnotizada sigo leyendo, sabiendo al final sus palabras, las palabras que dichas de su boca sería lo mismo, o tal vez de la mía también sería lo mismo, porque ya no nos podíamos engañar más. Bla bla bla... Ah Laura para que le das vueltas al asunto?. Si ya sabemos ambas el motivo de esta carta. Luego de un par de líneas donde vuelve a ensalzar la majestuosidad de Barcelona, de la historia de sus edificios de la calidez de sus aguas, del mar mediterráneo y su azul profundo, de la gente tan buena con ella, viene estrepitosamente “ No quiero seguir contigo, no creo volver a Buenos Aires, aquí he encontrado trabajo y aunque es temporario me ha dado suficiente para alquilarme un departamento, he hecho amigos” yo no puedo evitar preguntar si acá no tenias amigas, amigos que te extrañan que preguntan por vos y tu vuelta, lo más importante aquí me tenias a mí. Pero eso no viene al caso, tú, allá estás bien, yo sabiendo desde el principio cuales eran tus motivos, aquí estoy mas gris que el día.
Esta bien, soy una mujer adulta, se cuales eran nuestros problemas se que huiste de mi y de todo lo que nosotras éramos, se de tus miedos, entiendo tu carta, entiendo tus miedos, pero a mi me dejaste acá sola rodeada de vos y tus recuerdos, mi casa esta impregnada de tu presencia.
He entendido que tu carta es para hacérmelo y hacértelo más fácil, esta bien no te lo reprocho, cada una hace lo que puede.
He terminado de leer la carta, una lagrima se me ha escapado del ojo, pero solo me permito una, miro por la ventana el día sigue gris, el café se ha enfriado, ya no tiene sabor a nada, lo dejo de nuevo en la mesa. La carta, la carta la estruje y la deje junto a las colillas de cigarrillos que mecánicamente fui fumando uno tras otro mientras leía, la carta la deje ahí en la mesa, yo me puse el abrigo y traspasé la puerta vidriada del bar recordándome que nunca vuelta, el café es malo.
Me levanto el cuello de la campera para parar un poco el frío de la llovizna mientras una sonrisa va naciendo tímida en mi cara.

Texto agregado el 24-05-2004, y leído por 293 visitantes. (8 votos)


Lectores Opinan
08-02-2005 Me atrapo y la termine del tiron. Si es mejor mirar adelante aunque duela. ales
07-08-2004 Haaaa, cuando el amor se va...! Buena esa, solo dejaste escapar una làgrima del ojo y al final ofreciste una tìmida sonrisa. Muy bueno. fuentesek
30-06-2004 Una simple carta puede cambiar toda una vida, no cree? Me gustó. Ella
24-05-2004 Muy buenas tus descripciones, un besito AnaCecilia
24-05-2004 Eres gráfica a más no poder, y eso es estupendo, fantástico, me gusta, tiene algo especial, bien hecho. Saludos. LoboAzul
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