En un escenario vació, ya no quedaran mis gritos de rock, ni mis pensamientos de revolución. Mi guitarra se encuentra perdida en los caminos del sinsentido, y ese solo de fa menor me sigue asta la almohada babeada de mi dormitorio masturbado por la derrota.
No comprendo como sucedió, ni como empezó todo .El tiempo sin fondo de estas palabras, ni la pulcritud de mis noches de alcohol y cuerdas reventadas.
Pero fue en un escenario vació donde todo ocurrió.
Ahí en donde esas mujeres, las cuales sin quererse ni siquiera un poco, se disfrazan de hipócritas vergonzosamente, y saben convertirme, o enfrentar mi vulnerabilidad, con mucha suerte, para dejándome derrotado y así, desmoralizar toda esperanza, descalza ya de transitar las venas sucias del tiempo.
Conduzco mis versos hacia otra parte, sin perder el ritmo entre pentagramas, bemoles y parlantes distorsionados por obligación de mi alma temblorosa por los años violentos, pero calidos, traidores, fieles, renaciendo como centellantes aullidos.
Sin recuerdos levanto mi copa y brindo por el rock, triste alicaído, enfurecido, y cansado de los latigazos de la sociedad. Callado y quieto, muestra que es un blanco fácil, y lo seguirá siendo.
Quedare plantado y sombrío, esperando la tinta gris de unas palabras frías ,que en las noches están calladas, o por lo menos , en estas noches.
Sin un escenario vació y silencioso.
Pedrada fuerte, en los vidrios de mi memoria, envuelta en avenidas aisladas del mundo.
Pero cruzo los sonidos de ese pogo, que persiste como guerrero en guardia, sin dejar la mirada , ni los acordes de furia.
No perdemos la luz de fiereza, que danza en nuestro alrededor, como la llama de una vela agonizante, y como jóvenes guerreros que transitan esta ciudad traidora. Acariciaremos nuestras rebeldes palabras, y las disfrazaremos de memorias arrogantes que navegan en estas calles como barcos sin rumbo, como tren sin vergüenza, como escenarios vacíos.
|