Estaba en el abandono,
un pequeño libro de cuentos,
hace tiempo, mucho tiempo
nació en un bello otoño,
fue compañero inseparable,
de aquel que fuera su dueño,
pero en un profundo sueño,
hubo con pesar dejarle,
y ahora, en un profundo duelo,
nuestro libro envejecía
entre el polvo y la polilla,
poco a poco se estinguía.
Sucedió que al despertar, una tarde,
una conmoción surgió,
el librero se volcó,
y vino a dar contra el suelo,
sobre cientos de ejemplares,
química, historia y novela,
quedó nuestro libro abierto
enmedio de aquella tragedia.
Alguien con singular presteza,
revolvía el librero buscando,
ladrón de profesión robando
dinero, oro o riquezas.
Por suerte no duró mucho,
que le pillaron los dueños,
se lo llevaron a rastras
y le frustraron sus sueños.
Los niños miraban curiosos
hacia el interior de la alcoba,
más de repente vieron
una bruja en una escoba.
Y más allá un duendecillo
de vivaces colores verdes,
un maravilloso castillo,
con guardias resplandecientes.
Era nuestro querido libro
quien al caer les mostró
todas sus páginas mágicas
y a los niños deslumbró.
Y fue para él gran ventura,
el incidente ocurrido,
salió de esa cueva oscura
donde vivía en el olvido.
Y ahora, en estos momentos,
le leen incansablemente,
y feliz es nuevamente,
el pequeño libro de cuentos.
FIN
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