En el aire que se cuela
por la rendija de una alcantarilla,
escucho como corre el miedo
celosamente, y se esconde
de mi, como un niño.
en los bares de la ciudad vieja,
no veo los ancianos recostados
a un mostrador ,retozando,
con los ojos serrados
escuchando un tango distorsionado.
Pedacito de barrio
que con tus adoquines
ya gastados, miran las faldas
de esas mujerzuelas,
y te ríes porque yo no puedo,
y solo me queda escuchar y babear.
Estas raro Montevideo, estas raro.
No te conozco en estos tiempos.
Pozo sin fondo, andar lento,
como el de aquel trabajador de la mañana
que para el ómnibus que
le hace una mueca picaresca
en la esquina del sinsentido
y la hermosa franqueza de tu historia.
Ya no duermes conmigo
en las pensiones de la aduana,
ni nos reímos juntos tomando un vino
en los cordones del palacio peñarol.
Me dejaste solo ,pensando,
pensando en tus zaguanes
frescos todavía, en tus barrios de risas
que al vuelo de una brisa
se escuchan desde el puerto
detrás de un viejo barco muerto.
Estas raro Montevideo, estas raro
No te conozco en estos tiempos.
Pero igual te quiero,
Porque sos vos, siempre la que
Estas ahí ,en mi bolsillo vació,
Siempre estarás ahí Montevideo.
Aunque tal ves sea yo,
que no te busco en los mismos lugares
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