Roberto era un poroto. Tuvo
Una vida plena desde que
fue un brote. Ya siendo
planta creció hasta su forma
madura. Un día fue recogido
junto a otros pares. Fue
feliz entre una muchedumbre de
hermanos sin saber que se
acercaba el fin. Igual Roberto
creía en la vida después
de la muerte. Sobrevivió a
el hervor y los condimentos
pero no a la masticación
y los jugos gástricos de
una anciana. Su alma vagó
en un sombrío limbo hasta
divisar un túnel oscuro con
una luz al final. Fue
hacia la luz y salió.
Abuela… ¿se tiro un pedo?
Texto agregado el 06-05-2009, y leído por 409
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jajajajaj la verdad, me hizo reir mucho ud. Le dejo mis estrellas. María.- Maria-del-Mar
27-10-2009
Yo suelo decir que la risa es signo de inteligencia. También sabemos que la risa es salud, genera endorfinas, todo malestar o dolor desaparece con ella. Gracias por tu terapéutico cuentito y por la inteligencia de permitirnos sonreir. 5* Susana compromiso