Allá por mediados de los ochenta, la telefonía y comunicaciones en argentina era manejada por nuestra (mas tarde amada)compañía de telefonos ENTEL, y conseguir una línea era mas o menos como conseguir un pasaje a la luna.
En los pueblos de provincia eran muy escasos los que podían contar con el comunicativo servicio, instituciones, familias acomodadas socialmente y algún comerciante solidario que acercaba el recado y permitía el uso solo en casos de emergencia al resto de la comunidad a cambio de unas pocas monedas.
Por aquel tiempo un vecino comprometido tuvo la ingeniosa idea de popularizar la cosa, nota de por medio y la firma de un centenar de conciudadanos, consiguió la promesa de llevar el anhelado cablecito a cada hogar que lo quisiera; para lograr el cometido debía conformarse un consorcio y pagar por adelantado la costosa obra, eso si, en cuotas.
Como resultado alguién sin rostro se alzó con el preciado botín del vecindario y por mas desmayos, gritos y gastritis que hubo, cuando el robo es institucional suele carecer de culpables y el pueblo siguió hablando en lo del panadero.
Y fue asi que un día llegó la misteriosa dogde verde con la escalera arriba y plantó un caño con una semicupula y todo el mundo hizo cola para probar el primer teléfono público.
La cosa que funcionara como funcionara ENTEL, era una de las joyas de la abuela que a Menem se le ocurrió vender en los noventa, entonces si todo el mundo tuvo teléfono y empezó a putear a Menem por el aparatito porque el sueldo no alcanzaba para pagar la factura, la instalación de tv por cable que todo el mundo ya estaba poniendo, la cuota de la heladera, el minicomponente, la bici de los nenes, el renault 12 usado y todas las cosas conque empezó a bombardear el pueblo el mundo recientemente despolarizado y globalizado, encima, con lo de la tele por cable y la información al instante, nos
enteramos que la multinacional que se compró ENTEL por dos mangos se llevaba toda nuestra plata a España.
Pero bueno, el 2007 se encontró con la telefonía celular en su segunda generación, hasta en los rincones mas recónditos del pueblo y yo con un sobre de la compañía compradora de nuestra nostálgica ENTEL,(con la cual no tenía relación comercial desde hacía 10 años ya) en donde se me invitabaa pasar por sus oficinas, muñido del correspondiente DNI, porque debido un ajuste en sus contabilidades yo era acreedor de un saldo a favor de 45 centavos, (algo así como un dolar) |