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Inicio / Cuenteros Locales / truefaiterman / The Last Resistance: Overture- Génesis 12 (EPISODIO FINAL)

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Si has llegado hasta aquí, quiero agradecerte de todo corazón haber seguido esta historia. Este último capítulo resolverá toda duda mostrada a lo largo del relato, y mostrará una lucha épica e imponente como pocas veces habrás leído. Espero que disfrutes leyendo tanto como disfruté escribiendo, y una vez mas... GRACIAS.

Génesis 12: El Alpha y el Omega

El monstruo exhaló un brutal rugido, mientras Truefaiterman comenzaba a acumular energía que recorría todo su cuerpo. Apenas el que una vez fue Gargant clavó su mirada en el contrincante, este alzó la espada.

- Aquí es… donde el verdadero combate empieza: Es hora… de la redención.

True se abalanzó en un batir de alas hacia su enemigo, quien abrió ambos brazos para a continuación cerrarlos con fuerza sobre el espadachín. Este previó ese ataque con suma facilidad y se elevó más evitando la brutal palmada, lanzando después el tajo cargado de energía contra las muñecas, abriendo dos sendas rajas en estas. El engendro rugió con furia y levantó sus brazos a toda velocidad, golpeando a un sorprendido Truefaiterman que salió disparado hacia el techo de la sala. El guerrero esquivó ágilmente los picos que salían del techo y se apoyó en este, apuntando con su mano al Devoramundos y así creando un pequeño círculo de energía del que salieron disparados cinco proyectiles que formaban un pentagrama. La bestia detuvo fácilmente los ataques con un simple manotazo y a continuación se arqueó hacia delante, mostrando una espalda de la que todavía surgían gigantescas espinas, y apoyándose en el suelo dio un poderoso salto.

El espadachín se apresuró en alejarse a gran velocidad apenas vio a su enemigo moviéndose, por lo que evitó ser aplastado o atravesado por el engendro, que chocó violentamente contra el techo. Este comenzó a agrietarse, y pequeñas corrientes de energía fluían a través de las grietas como si de agua se tratase. Truefaiterman empezó a volar velozmente alrededor del monstruo, creando más de esos sellos de los que surgieron numerosas esferas de oscura energía. La criatura intentó detenerlos, pero eran demasiados, y acabaron explotando buena parte de ellos en su malformada faz. El ser se cubrió la cara con sus enormes manos, dolorido, y el espadachín aprovechó la oportunidad para lanzarse a por el enemigo. Este se dio cuenta de la situación rápidamente e intentó asestarle un brutal puñetazo que Truefaiterman evadió con cierta dificultad: pero entonces surgieron de la mano del gigante tres grandes púas que el combatiente no logró esquivar: una de las seis alas del guerrero se desgarró en una cascada de sangre acompasada por un gemido de dolor.

True resistió el dolor para dar media vuelta y dirigirse a la mano del ser: un dedo se estaba formando en ese momento, y el espadachín usó el miembro a medio formar a modo de apoyo en el que ensartó su espada para que el engendro, al agitar furiosamente su mano, no lograra zafarse de él. Nada más se detuvo la criatura el guerrero extrajo su arma y golpeó con su mano el dedo anular del que una vez fue Gargant, creando ahí un sello mágico que se adhirió rápidamente al dedo. Pero poco más pudo hacer el espadachín antes de que el gigante le asestara un violentísimo manotazo que le hizo salir volando a gran velocidad hasta el otro extremo de la sala. De repente, la criatura abrió su deforme boca, en la que la herida era sustituida por extraña osamenta ensangrentada, y comenzó a acumular energía, tanta que el escenario comenzó a temblar.

-¡Joder!

Truefaiterman echó a volar a gran velocidad mientras acumulaba energía en su espada: el engendro lanzó de su boca una gigantesca bola de energía que alcanzó la pared, destruyendo buena parte de ella. El ya fragmentado escenario recibió un impresionante estallido de luz multicolor, pues aquel mar de energía que fluía a través de las paredes fue liberado. Dicha corriente salió como una gran catarata de decenas de colores que bañó el cuerpo de Truefaiterman, haciendo que este comenzara a brillar también. El guerrero se lanzó a por el monstruo antes de que la corriente de poder le alcanzara, y lanzó una potentísima onda de energía oscura al sello que había dejado en su dedo: el choque de ambos cúmulos de energía provocó una explosión que hizo que parte de la mano del engendro saltara en pedazos, coloreando el agua de la sala de color rojo.

La bestia exhaló un rugido, y se dirigió a por su enemigo tomando impulso en la pared y saltando desde ella, abriendo varias brechas por las que fluía la energía. El guerrero pudo evitar con relativa facilidad el enorme cuerpo, ya que este no podía moverse a la velocidad necesaria. Apenas evitó la embestida True empezó a cargar energía en su arma, hasta que rápidamente la arrojó hacia arriba. El monstruo no desaprovechó la oportunidad y se abalanzó hacia su enemigo, que tuvo el suficiente tiempo para generar un circulo de luz en el aire y arrojarlo a su espada. La criatura agarró con fuerza el cuerpo de su contrincante con la mano izquierda, apretándolo con fiereza mientras rugía con furia. Pero para sorpresa del Devoramundos, la espada empezó a brillar en el aire: se transformó en una gigantesca guadaña de luz violeta que lanzó un brutal tajo al ser, rajando su cara hasta el punto de dividirla en dos.

La criatura comenzó a exhalar agudos chillidos, a la par que el rostro se recomponía con la formación de nuevas tiras de carne acompasadas de pequeñas zonas cartilaginosas. Truefaiterman se liberó rápidamente de la garra del ser, volando hasta alcanzar su arma, la cual empezó a cargar de energía para lanzar una nueva acometida. La bestia se colocó en posición fetal, y las púas de su espalda se erizaron, para a continuación rodar el engendro por el suelo de la sala, salpicando todo el lugar con la corriente de energía que ya formaba un lago multicolor. El espadachín se dirigió al centro de la sala, donde los pinchos no le alcanzaban… al menos no los de su enemigo.

Al rodar, las púas del gigantesco ser se clavaban en el suelo y lo agrietaban, haciendo que así salieran disparadas numerosas rocas, muchas con sus enormes picos metálicos. El guerrero esquivaba una a una cada piedra a gran velocidad, mientras intentaba controlar con su mirada a la criatura. Uno tras otro los proyectiles se acercaban cada vez más a su objetivo, hasta que finalmente una de las rocas impactó de lleno en el cuerpo de True, lanzándolo por los aires hasta chocar con la esférica pared por el lado contrario al del vertido de energía. Rápidamente, el que una vez fue Gargant se dirigió a él con insanas intenciones, pero en un sorprendente acto de habilidad Truefaiterman agarró con su zurda la hoja de la espada, tomando así parte de la energía cargada en el arma para a continuación arrojar un poderoso tajo cargado a sus pies, creando una gran fisura por la que comenzó a fluir más poder. Entonces el engendro pasó rodando hasta que la enorme fisura que acababa de aparecer ante sus ojos le hizo detenerse en seco: Finalmente el espadachín apuntó con su arma a la bestia, creando con la energía que aún conservaba en su mano un sello mágico del que surgió un brutal rayo de energía que golpeó de lleno a la criatura, resquebrajando su espalda, destruyendo las púas, y haciendo brotar del cuerpo del ser un pequeño mar de sangre. El monstruo cayó al suelo con un estruendoso golpe que hizo temblar de nuevo la sala.

- ¡NO!

El lago de energía brilló con intensidad, mientras la rabiosa abominación surgía con un estremecedor rugido: Sus púas se habían recuperado al instante, al igual que todas las heridas que había sufrido ya estaban sanadas. Nuevos picos de hueso se formaron en las ahora osamentadas manos del ser, ahora más fuerte que antes.

La bestia abrió sus carnosas fauces rápidamente, lanzando un enorme rayo de luz que el espadachín evadió con suma dificultad. Apenas terminó su ataque el engendro repitió la táctica una y otra vez, evitando el guerrero todos los envites. Numerosas grietas comenzaban a formarse por toda la sala, brotando auténticos océanos de energía. True aprovechó un momento de descanso para crear un círculo mágico que dejó suspendido en el aire. Pero de repente una de las cascadas de poder le golpeó violentamente, haciéndole descender a toda velocidad. El engendro le arrojó entonces un potente rayo que golpeó al espadachín, quien no sufrió graves daños gracias a la corriente de energía en la que se encontraba en ese momento. Nada más salir de esta, Truefaiterman creó otro círculo mágico, lo dejó donde estaba y echó a volar velozmente para esquivar un nuevo ataque de la criatura. El engendro cambió su patrón de ataque: dio un potente salto hacia su contrincante con las fauces abiertas y hostiles intenciones. El combatiente se dispuso a evadirlo ascendiendo más cuando de repente la bestia comenzó a dar volteretas en el aire, durante las cuales surgió de su cuerpo una larga cola de hueso con la que finalizó su movimiento asestando un brutal golpe a Truefaiterman, que se empotró contra el techo, a punto de perder la consciencia. El engendro cayó pesadamente, dirigiendo aún la mirada a su enemigo, cargando energía para lanzar ese último rayo mortífero. True miró con impotencia su final.

Un gran estallido de luz hizo que el Devoramundos detuviera su ataque. Un enorme pórtico dimensional se había abierto en medio de la sala. De repente, del portal apareció una lluvia de proyectiles de luz, una luz tan pura que sería capaz de iluminar todo un mundo: los ataques golpearon con brutalidad todo el cuerpo del monstruo, haciéndole retroceder hasta chocar contra la pared. Del portal apareció un imponente Magnificomm, que rápidamente se dirigió a Truefaiterman apenas le vio.

-Eh, ¿estás bien?

-Tranquilo, amigo mío, solo ha sido un segundo de flaqueza…

-Por lo que he visto ese segundo podía haberte costado la vida.

Como si de un acto reflejo se tratara, los dos compañeros dieron un veloz salto en direcciones opuestas, esquivando así el puñetazo de un reincorporado enemigo. El engendro aumento en agresividad, arrastrando su puño por la pared hacia Magni, quien evadió fácilmente la acometida volando a toda velocidad hacia las piernas de su enemigo, las cuales comenzó a golpear violentamente. El ser no pareció inmutarse, dando al hombre un potente coletazo que le hace volar por los aires hasta que el espadachín le sostiene en brazos.

-Con él no sirve eso, es demasiado fuerte. Distráelo un poco.

Sin esperar continuar el dialogo ambos combatientes volvieron a la carga.

Magnificomm arrojó una pequeña lluvia de bolas de luz al rostro de la criatura, deteniéndolas esta poniendo la mano a modo de escudo. Rápidamente el luchador se dirigió a un costado del enemigo y repitió el ataque, para a continuación ir hasta la sien izquierda del ser y crear un sello del que surgió un potente rayo de energía: los proyectiles hicieron al monstruo centrar su atención en el costado, por lo que recibió el rayo de lleno, aunque este no tuvo mucho efecto. Mientras tanto Truefaiterman comenzó a recorrer al vuelo todo el escenario, tomando el poder de la corriente de energía multicolor y creando sellos cargados con ella que dejaba suspendidos en el aire.

El engendro alzó el muñón que ya se había formado en su brazo derecho y golpeó con él violentamente lo poco que quedaba de techo, derrumbándose este finalmente. El hombre evitó un par de las rocas caídas, cuando se encontró frente a frente con la bestia cargando energía en sus fauces. Sin dudarlo siquiera el guerrero se lanzó hacia una tercera piedra y la desvió con una potente patada, arrojándosela al monstruo en la boca. El Devoramundos destrozó el objeto con sus grandes dientes, y realizó un movimiento no esperado: Lanzó el rayo sin abrir completamente sus fauces, y este salio dividido en numerosas estelas de energía que azotaron de forma brutal todo el lugar. Magni intentó esquivar el ataque, pero en solo unos segundos recibió de lleno el impacto de uno de los rayos, saliendo disparado hasta la catarata de energía. En ese momento el ser dirigió su vista hacia el espadachín, que continuaba con su labor de crear los sellos, y le lanzó su ataque a plena potencia, abriendo totalmente la boca. Truefaiterman no se esperaba tal envite, y recibió todo el golpe.

-¡Mierda! ¡TRUEFAITERMAN!

El espadachín se empotró contra el lago multicolor, el cual empezó a fundirse con el rayo del que una vez fue Gargant, volviéndose cada vez de un tamaño y un poder mayores. Magnificomm empezó a cargar energía, notando un torrente de poder inhumano al hacerlo, pues se encontraba aún en la catarata. Entonces el luchador, aunando todas sus fuerzas, disparó el brutal ataque.

Un mastodóntico rayo de luz salió de sus brazos, tal era el poder formado que el engendro cayó al suelo con la fuerza del impacto, mientras su rayo se deshacía en un torrente de salvaje luz dorada. El hombro derecho de la criatura comenzó a desintegrarse en un terrible surtidor de sangre que derivó en una brutal explosión, con la que el brazo saltó por los aires. El rayo golpeó finalmente lo que quedaba de pared, destruyéndola completamente: Un enorme espacio se alzó ante los contendientes, un espacio infinito en el que miles de cometas volaban a toda velocidad desprendiendo bellas estelas azuladas. En medio del lugar flotaba intacta la enorme esfera de energía multicolor deshecha en varias partes, que ahora ejercía de campo de batalla.

Tan rápido cesó el ataque, Magnificomm se dirigió a toda velocidad hacia su compañero, que se encontraba hundido en el mar de poder, aparentemente sin posibilidad de escape.

-¡True! ¿Puedes oírme? ¡TRUEFAITERMAN!

El hombre no obtenía respuesta. Entonces un bestial coletazo lanzó al combatiente a veinte metros de distancia, haciéndole detenerse en la nula gravedad del espacio. El engendro ya se había levantado, y estaba más rabioso que nunca. Magni observó acongojado el brazo del ser: ya se había formado un muñón, y una estructura ósea se estaba generando a partir de él. Entonces la bestia empezó a lanzarle rayos de energía al combatiente, que inició una larga serie de evasivas que contrarrestaba con numerosos proyectiles de luz. El luchador esquivó uno a uno los ataques del engendro, realizando giros imposibles y fluctuando a gran velocidad sobrevolando el área de combate. Mientras recorría la zona observó con duda una gran cantidad de sellos mágicos que había suspendidos en el aire.

Entonces el monstruo detuvo de golpe su acometida, y cambió el patrón de ataque arrojando un violento puñetazo al luchador, evadiéndolo este, para a continuación dar un gran salto y unir sus piernas: estas comenzaron a derretirse, fundiéndose y formando así una gigantesca cola de serpiente de la que afiladas hojas de hueso surgían. Rápidamente el ser dio un salvaje coletazo a su contrincante, que solo pudo evitar recibir el impacto de lleno, pero que sintió en sus piernas el violento golpe. Magnificomm empezó a girar sobre sí mismo en el aire debido a la fuerza del ataque, pero no desaprovechó la oportunidad.

El combatiente comenzó a cargar energía a toda velocidad, mientras pequeños rastros de energía multicolor que aún flotaban por la zona se adhirieron a él. Por otro lado la enorme bestia dio otros veloz giro, dispuesto a repetir el último golpe efectuado, pero esta vez la estrategia no salió como el Devoramundos esperaba.

Magnificomm creó a su alrededor numerosos sellos de luz que acompañaron el movimiento de su creador, surgiendo así diez rayos de energía que se movían en todas direcciones, propinando numerosos impactos a la criatura, tantos que tuvo que detener su ataque para situarse frente a su adversario y lanzar de sus fauces su propio ataque de energía. Entonces los sellos creados se unieron en uno solo: ambos ataques chocaron con violencia, generando una bestial explosión de luz dorada que lanzó por los aires a los contendientes, quedando el engendro en medio del espacio y el humano cayendo a la ahora flotante cascada de energía.

La bestia no se detuvo tan fácilmente, y fluctuó velozmente hacia el campo de batalla, donde el combatiente tomaba energía para un nuevo ataque. Rápidamente el devorador de mundos lanzó un potente puñetazo, que el luchador decidió bloquear disparando un fuerte rayo de energía, para a continuación recibir de lleno un impacto propiciado por el ser… con su brazo derecho. El hombre salió volando varios metros, para apenas terminar su vuelo involuntario encontrarse de frente con un rayo que evadió a duras penas.

-No puede ser… ¡Su brazo! ¡Se está regenerando!- Dijo al ver que el muñón se había convertido en una masa de carne aún cambiante. Sin tener tiempo a fijarse más en la asombrosa habilidad del monstruo, Magni se lanzó hacia el lago de energía mientras esquivaba un coletazo enemigo, seguido de un rayo de energía que el luchador no pudo evitar. El hombre sintió su ropa arder y adherirse a la piel mientras observaba como su enemigo alzaba su mano para asestarle un puñetazo fatal. En ese momento Magnificomm se percató de la presencia de uno de los sellos invocados por su compañero que se encontraba detrás de él y lo agarró con fuerza, invocando rápidamente una estela de luz que salió recubierta de potente energía multicolor, golpeando el torso del engendro, y agrietándolo ligeramente. La bestia rugió mientras las fisuras desaparecían en su cuerpo.

Entonces un enorme pilar de energía apareció del lago, generando tal poder que ambos contendientes salieron volando a toda velocidad: la columna se deshizo en medio del espacio dejando numerosos rastros de esa líquida energía, y el su interior apareció Truefaiterman, en cuya máscara los símbolos grabados brillaban con imponente luz roja. En ese momento el Devoramundos exhaló un potente rayo de sus fauces hacia el espadachín.

-¡True!

De repente, Truefaiterman asestó un tajo vertical, surgiendo una brutal onda de energía que desintegró rápidamente el ataque de su enemigo. A continuación batió sus alas con fuerza y se abalanzó hacia su enemigo, que intentó detenerle dando un puñetazo, siendo el brazo dividido en dos por el arma de su contrincante, ahora rebosante de poder. Finalmente el guerrero alcanzó la cabeza del ser, ensartando la espada en su entrecejo. El que una vez fue Gargant empezó a gritar de dolor mientras numerosas grietas se formaban, hasta que finalmente la cabeza de la criatura explotó en mil pedazos, surgiendo un mar de sangre que permaneció flotando en el espacio.

-¡Se acabó!

-No, Magni, esto no ha hecho más que empezar.

El cuerpo permaneció ahí, flotando sin más, cuando de repente algo se movió: la cabeza del gigante comenzó a regenerarse a una velocidad supra humana, creándose una imponente estructura ósea, de la cual surgieron grandes fauces con varias filas de afilados colmillos, y en la que aparecieron cuatro ojos saltones del color de la sangre. El monstruo rugió con tal potencia que todo el paisaje galáctico se estremeció. En ese momento un pequeño haz de luz empezó a desarrollarse en el escenario, haciéndose poco a poco más grande hasta formar un portal dimensional.

De repente la bestia se giró bruscamente desde su posición, encarando el pórtico recién creado, y disparó un rayo de energía que chocó de lleno con varios cuerpos, los cuales iniciaron un brutal forcejeo lanzando diversos ataques. Los dos guerreros vieron en ese momento de distracción una oportunidad de oro, y mientras el espadachín retornaba a la creación de sellos el luchador acumulaba energía en todo su cuerpo. Finalmente Magnificomm disparó con todas sus fuerzas una mastodóntica estela de luz dorada que impactó violentamente en la espalda de su enemigo, con tal poder que le hizo descender hasta el lago de energía. Una vez cesó el ataque, del portal dimensional aparecieron ViolentDarthPhoenix, Zero-Team, Metagross y Javato.

-¡Chicos!-Gritó el luchador aún envuelto en luz, mientras el espadachín continuaba su labor haciendo caso omiso del hecho.

-Ya estamos aquí.

-Eso nos ha pillado por sorpresa...

-Magnificomm, ¿esa cosa es Gargant?

-Antes no era así... no sé que ha pasado durante su combate con True, pero ¡cuidado!

Un coletazo se dirigió a los recién llegados, cuando Magni se interpone usando la luz que le rodea a modo de escudo, chocando con fuerza ataque y barrera, ganando el envite del engendro, que golpeó duramente al luchador. Violent, reaccionando como si de un acto reflejo se tratara, se lanzó rápidamente hacia su enemigo y le disparó una ráfaga de proyectiles de oscura energía al rostro, permaneciendo la criatura impune. Sin apenas tiempo de tomar conciencia de la situación, todos los recién llegados descargaron sus ataques contra el ser, que respondió disparando una estela de energía que mandó a volar a sus contrincantes a numerosos metros de distancia.

El vuelo fue detenido por un muro mágico formado por True, que aún seguía creando sellos.

-Esa cosa es demasiado fuerte, usad toda vuestra fuerza.-Sin decir nada más el espadachín se alejó de la escena. Los recién llegados observaron por un segundo a su terrorífico enemigo, cuyo brazo se había reformado ya completamente, esta vez con una coraza de hueso añadida.

Javato reaccionó a gran velocidad disparando un proyectil explosivo al contrincante apenas abrió la boca, perforándole esta y evitando así que disparara un nuevo rayo debido a la fuerza de la explosión. Ese momento fue aprovechado por Zero, que cargó energía en su espada, liberándola a modo de onda de energía que la bestia aún dolorida se dispuso a bloquear de un coletazo, cuando de repente su cola empezó a exhalar un aura azulada y quedó inmóvil en el espacio: gracias a la rápida intervención de Metagross el ataque del joven dio de lleno en la base de la cola del ser, abriendo una profunda raja. Entonces Magnificomm se dirigió a toda velocidad hasta su oscuro compañero.

-¡Violent! ¡Usemos nuestro mejor ataque ahora, antes de que regenere sus heridas!

-¿Regenerarse?

-¡DEPRISA!

-¡OK, allá vamos!

Ambos luchadores se abalanzaron a toda velocidad hacia el monstruo a la par que sendas auras de energía blanca y negra se formaban a su alrededor. Mientras tanto el engendro comenzó a recuperarse de su herida, formándose y uniéndose tiras de carne y cartílago. Finalmente, Magnificomm y ViolentDarthPhoenix dispararon a la par un rayo de energía que se unió en una esfera de poder bicolor, en la que ambos entraron a toda velocidad:

-¡PHOENIX MAGNION!

Los dos gritaron el nombre del ataque al mismo tiempo mientras la esfera de energía se transformaba en un impresionante fénix de llamas blancas y negras, el cual se abalanzó a gran velocidad hacia el gran Devoramundos, penetrando el ataque en su herida y explotando con una fuerza bestial. La gigantesca cola de serpiente se separó del cuerpo del monstruo, deshaciéndose en el aire formando una gran cortina de sangre. El engendro gritó desesperado, mas tal herida no podía regenerarse fácilmente.

-¡Alejaos de ahí ahora mismo! ¡CORRED!- Gritó Truefaiterman antes de crear en el aire un sello con su espada, en el cual formó una estrella de treinta y dos puntas.-Es hora de mostrarte mi auténtico poder, Gargant... ¡GÉNESIS!

En ese momento, los treinta y dos sellos que el espadachín había dejado en el aire, fluctuando, empezaron a brillar con fuerza acumulando una gran cantidad de energía. La bestia observó aterrorizada como, finalmente, los sellos comenzaron a liberar decenas de proyectiles de luz multicolor similar a la que flotaba en el espacio. Los numerosísimos disparos hostigaron violentamente el cuerpo del engendro, que rugía sin parar debido al intenso dolor. Todo el escenario en un radio de trescientos metros de diámetro se cubrió de energía, mientras los presentes observaban como los mil seiscientos ataques destrozaban al Devoramundos, acumulándose todo ello en un mastodóntico cúmulo de luz que finalizó en una increíble explosión de llamas omnicromáticas que cubrió todo el espacio, haciendo temblar las mismas estrellas. Una vez terminó el ataque, todo volvió a sumirse en la oscuridad del infinito universo.

-N... no puede ser... no...-Dijeron todos anonadados:

Un fragmento del torso de la criatura aún permanecía intacto, y en medio comenzaba a surgir lo que parecía una calavera. Rápidamente la piel empezó a cubrir el hueso de la cabeza hasta que esta obtuvo forma totalmente humana. El ser abrió la boca, y tras escucharse un gemido, una figura humanoide surgió de esta. Era un Devoramundos blanco, del tamaño de un hombre, de rasgos finos y que portaba una larga espada.

-¡Godagantess!-Gritó Zero con furia al ver al comandante enemigo, que no articuló palabra alguna.

-No... no es él... de verdad... es solo... un... fantasma...-Espetó Violent entre jadeos de cansancio.

Godagantess asestó en el aire un tajo horizontal, surgiendo de su arma una onda de energía que los presentes evadieron fácilmente. A continuación se abalanzó hacia Javato, a quien dio un corte diagonal que el pistolero no logró evitar sin sufrir una herida larga aunque poco profunda en su pecho. Java respondió rápidamente al ataque enemigo disparándole a bocajarro, aunque para su sorpresa el Devoramundos esquivó los proyectiles con una finta tan veloz que casi parecía un teletransporte. Zero atacó a toda velocidad a su antiguo enemigo, enzarzándose así los dos en una frenética danza de espadas entrechocando violentamente.

Truefaiterman y Metagross aprovecharon la ocasión para dirigirse a gran velocidad al gigantesco torso para acabar con él rápidamente. Apenas intentaron nada, Godagantess dribló a su contrincante y se plantó delante de los dos guerreros, asestando una potente patada al psíquico en el vientre y un tajo en el rostro al espadachín, que apenas pudo bloquearlo, respondiendo con una finta hacia atrás y una esfera de energía que el Devoramundos evadió fácilmente para al final asestarle un codazo al oscuro en la cara.

Apenas True salió de la trayectoria, Javato disparó nuevamente al blanco espadachín, que bloqueó el ataque con su espada, provocando en esta algunas fisuras. Zero transformó su espada en pistola y empezó a disparar numerosas ráfagas a Godagantess, destruyendo este los ataques con veloces tajos. Finalmente Zero Team hizo que su arma se tornara nuevamente en espada, y tomando impulso en el aire se dirigió a toda velocidad a su enemigo asestándole rápidamente numerosos cortes que el Devoramundos no demoró en evitar, comenzando así otro intenso entrechocar de aceros.

Truefaiterman se recuperó del golpe con facilidad, y se lanzó una vez más a por el gigante, que ya estaba regenerando todo su cuerpo. Apenas se dirigió al engendro Godagantess le salió al paso, pero esta vez el resultado fue diferente: El Devoramundos recibió una poderosa patada de Metagross, seguida de una rápida y potente lluvia de puñetazos que le mandó volando a varios metros de distancia. El espadachín recuperó rápidamente el equilibrio y se dispuso a atacar cuando recibió varios proyectiles de energía tanto de luz como de oscuridad.

-Perdonad la tardanza.-Dijo Magnificomm tras el envite.-Estamos reuniendo energía para otro ataque combinado.

-Sin problemas.- Gritó Zero mientras se abalanzaba otra vez hacia su enemigo espada en mano.

El samurai oscuro continuó mientras tanto su vuelo hasta la bestia, cuya cabeza abrió nuevamente la boca, mostrando otra forma humanoide. El guerrero empezó a reunir energía en su espada hasta que se acercó lo bastante para discernir al ser que acababa de surgir de Gargant. La figura alzaba su arma, la cual emanaba una brillante luz dorada, hasta que la hizo descender con un poderoso ataque, surgiendo una enorme onda de energía que True detuvo creando la suya propia con su espada, y provocando así una gran explosión. Rápidamente ambos enemigos se lanzaron uno a por el otro, pero Truefaiterman se detuvo y se alejó rápidamente del contrincante.

-¿¡Pero qué…!?

-¡TRUEFAITERMAN, VAMOS!- Le gritó Violent desde la lejanía.-¿QUÉ PASA?

-Joder, esa cosa… ¡es Proton!

-¿¡QUÉ!?- Dijeron todos al unísono.

Rápidamente el guerrero se lanzó hacia el oscuro, lanzándole varios espadazos sorprendentemente veloces para la constitución del espadachín. Truefaiterman desvió los envites de su adversario y contraatacó con una rápida finta gracias a la que se situó a la espalda de Proton, para a continuación intentar golpearle con el mango de la espada. El luchador evitó el golpe tomando impulso y alejándose velozmente de su contrario. La cabeza de insecto que sobresalía del vientre del guerrero empezó a chillar, mientras los ojos de su portador se tornaron rojos y brillantes. A continuación las patas de insecto que rodeaban su cuerpo se separaron, apuntando de forma amenazadora al samurai. De repente la bestia que una vez fue Gargant rugió con fuerza: sus brazos ya casi se habían recuperado, y las piernas comenzaban a surgir. Así mismo, la cabeza original del monstruo ya se había regenerado por completo.

Entonces Zero recibió un velocísimo tajo por parte de Godagantess que de no ser por un rápido acto reflejo del joven le habría costado el brazo derecho. Rápidamente ambos espadachines retornaron a su duelo, incorporándose además Metagross. Javato permaneció dudoso durante unos segundos, sin saber que hacer.

-Java, corre a ayudar a True, nosotros distraeremos a Gargant.

-Pero Magni, Violent y tú aún no estáis del todo recuperados…

-¡No te preocupes por nosotros, chaval! Sabemos defendernos.

Entonces el pistolero asintió con la cabeza, y los tres se dirigieron rápidamente cada uno a su objetivo. Mientras, Proton empezó a asestar numerosísimos ataques al oscuro espadachín, que a duras penas podía evadir los envites mientras lanzaba técnicas varias de energía a las patas de insecto. El guerrero respondió a los proyectiles con una onda de luz salida de su espada, que True esquivó con un ágil tonel aéreo seguido de una estela de oscuridad que el luchador bloqueó usando los apéndices insectoides a modo de escudo. Las patas absorbieron la energía del rayo y la liberaron a modo de proyectiles de oscuridad que el samurai no pudo evitar… hasta que fueron desviados por varios disparos de Java.

-¡Hey, True, vengo a salvar el día!

-Buena falta me haces, viejo amigo. Proton parece como poseído.

Proton se lanzó hacia el recién llegado para asestarle un sablazo, interponiéndose Truefaiterman en medio del ataque con un hábil bloqueo. Mientras, desde atrás, Javato disparó al poseído, que intentó desviar el proyectil cargado de energía con las patas de insecto, cuando de repente al entrar estas en contacto con la bala se produjo una pequeña pero eficaz explosión que abrió varias heridas en los apéndices, y agrietó muy ligeramente la armadura del guerrero.

-Tu lo has dicho: Esos ojos no son normales. Pero no será gran cosa.

-¡Claro que no! Vamos Java, como en los viejos tiempos de Kape.

El luchador asestó otro tajo, esta vez al oscuro, que se alejó de él evadiendo así el envite y lo contrarrestó creando una onda de energía que se dirigió rápidamente a Proton, que permaneció impasible mientras la cabeza de insecto de su vientre empezó a relucir con un brillo verdoso para finalmente exhalar un chillido, materializándose las ondas sonoras a modo de ataque que detuvo la técnica de True. El pistolero cambió las balas de su arma y descargó una veloz andanada. El poseído repitió la táctica anterior, pero en esta ocasión los proyectiles penetrantes de punta afilada cruzaron la barrera sonora fácilmente, estrellándose violentamente con la cabeza de insecto, la cual comenzó a chillar de dolor mientras su visión se cubría de amarillenta sangre.

Godagantess realizó una ágil finta para esquivar a Zero, mientras con una patada giratoria contrarrestaba la de Metagross. A continuación agarró la pierna del psíquico y le arrojó contra el espadachín, que evadió a su compañero y se dirigió directamente al Devoramundos, asestándole un corte hábilmente bloqueado. Tras retener el envite de su adversario el blanco guerrero desvió el arma enemiga y lanzó un corte al cuello de su portador, agachándose este a toda velocidad para después embestir a Godagantess, quien aprovechó la fuerza del ataque para agarrar a Zero y lanzarle por los aires. Rápidamente dio media vuelta para parar con sus brazos una patada de Meta. Entonces un aura azulada empezó a surgir en el Devoramundos.

-¡AHORA, ZERO!

El joven no se hizo esperar y cargó energía rápidamente mientras llegaba a su enemigo, liberándola en su espalda. Pero de repente el blanco espadachín se giró nuevamente y bloqueó el ataque con su espada, creando una onda de energía para deshacer el poder del envite.

-¿¡No le habías inmovilizado!?

-No puede ser, ¡este tipo inhibe mis poderes!

Godagantess dirigió un tajo hacia Metagross, que detuvo el ataque con sus poderosos brazaletes. A continuación le dio una patada entre el pecho y el estómago, golpeando su centro nervioso. El guerrero se quedó sin aire, incapaz por unos segundos de moverse. Entonces Zero Team empezó a disparar con su ahora pistola numerosos proyectiles hacia el Devoramundos, quien en esta ocasión prefirió alejarse de sus contrincantes. El joven cambió una última vez a espada y se abalanzó hacia su adversario, dándole un corte en la cabeza que el blanco combatiente evitó con una ágil finta, tras la que embistió al espadachín rojo. En los pocos segundos que Zero necesitó para recuperarse, sus ojos brillaron al observar a su enemigo.

-Ya veo… ¡esta es mi ocasión!

Entonces el muchacho le lanzó una estocada, siendo esta fácilmente evadida. Tras eso Godagantess le asestó una patada en el rostro, dejando a su contrario aparentemente inconsciente. Finalmente el Devoramundos realizó la estocada final.

-Ze… Zero… ¡ZERO!

Los ojos de Metagross se abrieron como platos por la sorpresa: Zero había hecho una veloz finta, poniendo su brazo en la trayectoria del arma enemiga, siendo este atravesado. El espadachín escupió algo de sangre, y entonces empezó a forcejear con el guerrero blanco. De repente, tras dar Zero Team un potente tirón, la espada del Devoramundos se partió en dos. Su portador mostró por primera vez desde que inició el duelo la más mínima emoción… el miedo. El luchador intentó huir en vano, mas su enemigo empezó a reunir energía en su arma, sosteniéndola con una sola mano. Finalmente el joven lanzó una poderosa onda de energía verdosa, la cual hostigó brutalmente el cuerpo de Godagantess, quien exhaló un último gemido antes de desintegrarse en medio de la explosión.

Proton se alejó de sus adversarios, se encontraba aturdido, sufría espasmos desde que la cabeza de insecto había sido herida. Truefaiterman se lanzó hacia él intentando rebanar con su espada todo rastro insectoide del cuerpo de su amigo. El poseído bloqueó rápidamente los envites con su propia espada, a la par que retraía los apéndices de insecto para evitar que fueran dañados. Mientras tanto Javato se dedicaba a disparar a Proton desde la lejanía, cambiando a diversos proyectiles.

-Deteneos. Esta lucha es fútil.

-¿Proton?

-Ahora mismo él no está aquí.

-¿Qué eres?

-Mi nombre no importa ahora.

-No he preguntado tu nombre.

-Yo… soy un Devoramundos… un parásito. El cuerpo de Proton es ahora mi hogar, pero él se encuentra bien por ahora.

-¿Por ahora? ¡Sal de mi amigo, maldito bastardo!

True creó varios sellos mágicos a su alrededor, formando un círculo. Entonces señaló al poseído con la palma de su mano abierta, y una imponente luz multicolor salió del círculo.

-¡ESPERA! ¡Yo solo quiero vivir! Gargant está convocando el espíritu de comandantes derrotados, mas yo soy la excepción pues soy un ser espiritual. No deseo luchar.

-¿Entonces por qué me has enfrentado al principio?

-El insecto.-Dijo el guerrero mientras observaba la cabeza insectoide, aún gimoteante, de su vientre.-Esa criatura contiene parte del alma de Proton. Se rebela contra mí al poseer su cuerpo: Hasta ahora no he podido controlar mis actos.

-¡True, no te fíes!-Tras avisar a su compañero, que aún seguía hablando con el enemigo, Javato disparó un proyectil explosivo, el cual golpeó violentamente el pecho del guerrero, resquebrajando su armadura. A continuación el pistolero cambió de nuevo a balas penetrantes, y preparó su disparo cuando…

-¡Espera, Java! Mira su cuerpo… es humano.

-¿A qué te refieres?

-Le has hecho una pequeña herida en el torso… la sangre… es roja… sangre roja pura, sin ceniza dorada. Eso quiere decir… que esta posesión es…¿voluntaria? No… Proton no se dejaría hacer eso por nada del mundo. Pero está claro que no ha sido un proceso forzado.

-No puede ser…

-¡Os lo dije, no intento…

Pero de repente, se escuchó un ensordecedor rugido que cubrió todo el lugar: El torso de la bestia tenía ahora protecciones óseas, al igual que sus dos brazos ya regenerados. De la parte inferior de su cuerpo había surgido un abdomen de insecto, del que salieron ocho gigantescas patas de hueso. De igual manera la cabeza se había reformado totalmente, y estaba cubierta de láminas óseas a modo de coraza. Apenas terminó su bramido, el engendro disparó un rayo por sus fauces, una estela de energía de un tamaño impresionante que True, Proton y Java pudieron esquivar por los pelos, observando anonadados como el ataque cruzaba devastador el vasto universo, siendo tal el poder que emergía de él que abrió una brecha en el espacio.

-¡El ataque ha llegado al exterior del castillo! ¡Tenemos que acabar con él antes de que lo destruya TODO!

Tras esas palabras, el samurai oscuro se abalanzó hacia la criatura, que le asestó veloces zarpazos, siendo el primero evadido con dificultad e impactando el segundo de lleno, mandando al espadachín volando por los aires. Apenas cesó su defensa el monstruo se encontró con numerosos disparos de Javato y Zero Team, los cuales detuvo interponiendo sus brazos.

Entonces Metagross detuvo el movimiento de esos brazos con su telequinesia. Pero de repente los cuatro grandes ojos rojos del engendro se iluminaron, y el psíquico empezó a sufrir fuertes convulsiones. De repente Meti se lanzó hacia Magnificomm y Violent, intentando darles un puñetazo y una patada respectivamente. Los ataques fueron fácilmente esquivados por los luchadores, que lograron reducirle con dificultad.

-¡Ayudadme! ¡Está controlando mi cuerpo!

Rápidamente varias ondas de energía de Truefaiterman golpearon el enorme cuerpo del Devoramundos, que detuvo su control sobre el psíquico. Entonces abrió su boca y empezó a acumular energía de nuevo, pero en esta ocasión recibió un disparo de Javato en el cuello con una bala explosiva, la solo tuvo el efecto necesario para que el ser detuviera su envite.

Metagross se dirigió al monstruo a toda velocidad mientras los combatientes reunían energía para un nuevo ataque combinado. Proton limpió como pudo la cabeza de insecto de su cuerpo, y esta en agradecimiento arrojó una onda sonora al Devoramundos, impactando en su brazo protector. La criatura no se hizo de rogar y contraatacó a toda velocidad con un brutal golpe al guerrero con sus patas, golpe repelido por un disparo de energía de Javato.

Rápidamente Zero se dirigió a la bestia, evitando los ataques enemigos gracias al impulso que le ofrecían sus disparos. Cuando finalmente alcanzó la cabeza del ser le propinó un espadazo en uno de sus ojos, siendo este cerrado a tiempo para que el ataque fuera inefectivo. Entonces el monstruo alzó presto su morro, golpeando violentamente al joven. Pero para sorpresa de la bestia Truefaiterman se situó en el rostro formado en su vientre y ensartó su espada en él: un chorro de sangre salpicó su máscara mientras la faz humanoide exhaló un berrido de dolor que hizo alejarse al espadachín. El engendro quedó paralizado por unos segundos, y a continuación comenzó a cargar energía de nuevo. En esta ocasión nadie tuvo tiempo de detener el ataque, ya que el brutal rayo había salido antes de lo previsto, aunque con menor potencia. Cuando el ataque iba a golpear con brutalidad a Proton y a Javato, algo se interpuso en medio de la estela.

-¡METI!

Cuando cesó el ataque, Metagross cayó inerte, flotando en la nula gravedad del espacio. Javato se apresuró a ayudarlo mientras que Proton acumuló energía en su espada, arrojándola a modo de onda de luz dorada. El ataque fue repelido por el Devoramundos fácilmente, cuando de repente el insecto chilló nuevamente: la onda de energía se intensificó sobremanera, de tal modo que el ataque pasó a través de las capas de hueso del brazo y alcanzó el pecho del monstruo, abriendo una raja que para sorpresa de todos se regeneró en apenas unos segundos.

-¡LA CARA DEL ESTÓMAGO!-Gritó True con fuerza.-¡ESE ES SU PUNTO DÉBIL!

Todos recordaron el momento en que el engendro quedó paralizado. Entonces se formó una explosión de luz blanca y negra, para a continuación surgir el gran ataque.

-¡¡¡PHOENIX MAGNION!!!

El inmenso fénix de luz se abalanzó a toda velocidad hacia el monstruo, que alzó sus ocho patas a modo de barrera. Pero eso fue insuficiente: el bestial envite redujo parte de sus extremidades a cenizas, y golpeó con un poder increíble el rostro que el ser tenía en el vientre. Una gran explosión de sangre surgió mientras las dos cabezas del engendro chillaban al sentir tan extremo dolor. En ese momento se vislumbró en el interior de la agujereada cabeza inferior varios órganos envueltos en sangre, los cuales palpitaban a toda velocidad.

-Eso son… ¿corazones?

-Magni… ese es… el punto débil… que… dijo… True…

-¡ESTE ES TU FIN, GARGAAAAAAANT!

Rugió Truefaiterman con rabia mientras se abalanzaba a los núcleos del monstruo. Nada más llegar empezó a desgarrarlos violentamente con su espada, cuando de repente decenas de brazos surgieron de las numerosísimas tiras de carne del interior del ser, y agarraron con fuerza al espadachín, empujándole al exterior mientras este intentaba cercenarlos con su arma. Finalmente el oscuro creó un sello de energía que arrojó al corazón, quedando pegado a él sin que los brazos pudieran evitarlo. Apenas salió el samurai del interior del engendro, este cargó un rayo de energía, esta vez tan potente como el primero, y lo disparó directamente al guerrero.

-¡Sol Bianca!

Del interior de la cabeza humanoide, cuyos huesos ya se habían reformado, surgió una potente luz, la cual derivó en un estallido que partió en dos uno de los núcleos del Devoramundos. Eso hizo que la estela de energía perdiera potencia, pero a pesar del inhumano sufrimiento que padecía el monstruo, este continuó su envite, golpeando de lleno a un sorprendido True, quien salió disparado mientras ríos de sangre salían de su despedazada armadura.

-¡TRUE!-Gritó Magnificomm aterrorizado al ver a su compañero.

-Yo me encargo de él, vosotros destruid a Gargant.-Dijo Proton mientras aleteaba con fuerza para alcanzar al oscuro.

Entonces Metagross recuperó la consciencia, incorporándose a inusitada velocidad para después sufrir un espasmo de dolor: su pecho y abdomen estaban al descubierto, cubiertos de sangre.

-¿Estás bien, Meti?

-Java… este tipo es duro, pero… no voy a permitirle… ¡que dañe a mis amigos!

En ese momento el psíquico se abalanzó a toda velocidad hacia el engendro, que intentó detener su paso uniendo sus manos sobre él para aplastarle. Apenas se le acercaron, Metagross empleó su poder telequinético y detuvo las extremidades del monstruo, solo que esta vez lo que hizo fue alejarlas de él rápidamente y detener el control para así evitar contraataques del engendro. Al fin, el guerrero llegó hasta la cabeza superior de la criatura, lanzándose raudo a uno de los ojos, el cual fue a golpear con fuerza. El Devoramundos cerró el ojo rápidamente, pero para su sorpresa el psíquico agarró los párpados, y los levantó rápidamente:

Entonces Metagross ensartó su garra derecha en el ojo de la bestia, surgiendo una corriente de rojo líquido mientras el combatiente forcejeaba con su enemigo. Tras unos eternos segundos el psíquico logró tirar de uno de los extremos del apéndice con su otra garra y, tras un impresionante tirón, logró arrancar el ojo del engendro.

El ser rugió otra vez, alejándose de su contrincante tomando impulso hacia atrás con sus patas, para a continuación asestarle dos brutales zarpazos a Metagross, que no pudo evitarlos debido a la velocidad del envite, y sintió como sus brazos se quebraban por la fuerza del impacto mientras salía volando a numerosos metros de distancia.

-¡¡META!!-Chilló Magnificomm acongojado-¡Violent! ¡Tenemos que hacer un último Phoenix Magnion!

-Pero Magni, eso requeriría… demasiada energía para nosotros…

-Yo… yo prefiero morir antes de ver como caen aquellos a quienes quiero… ¿acaso no piensas igual?

-Magni…

-¿Acaso no lo harías… por X-Girl?

-Tienes razón… hagámoslo. Entre los dos, y sin usar todas nuestras fuerzas, tendremos posibilidad de sobrevivir al ataque.

Entonces los dos luchadores unieron ambas manos, en las que comenzó a acumularse una gran cantidad de energía. Mientras tanto Javato se dirigió a ayudar al psíquico, mientras Truefaiterman se reincorporaba al combate gracias a que Proton había detenido su vuelo. Entonces la bestia acumuló energía en su boca para disparar una nueva estela, siendo este ataque detenido por la espada de Zero, quien se lanzó hacia su enemigo para clavar su arma en otro de los ojos.

En esta ocasión el engendro reaccionó con mayor velocidad temiendo que se repitiera la situación, y empezó a ladear con fuerza su cabeza, logrando que la espada se desprendiera de él y que tanto arma como dueño se alejaran. A continuación repitió la misma táctica que realizó contra el psíquico, pero en esta ocasión el joven aumentó distancias con él para evadir la acometida.

Pero para su sorpresa, el Devoramundos disparó una bola de energía desde sus fauces, alcanzando el brazo izquierdo de Zero, donde aún había parte de la espada de Godagantess clavada.

-Z…¡ZEROOOOOOOO!-Gritó True, que no pudo llegar a tiempo para evitar que el ataque del engendro desprendiera el brazo de su amigo de su cuerpo. El joven no supo como reaccionar ante algo así, y permaneció por largos segundos callado, observando con ojos abiertos como platos el muñón sangrante, hasta que finalmente exhaló un berrido de desesperación.

-G…Gargaannnt…-Dijo el samurai en voz baja, denotando rabia en su tono.-Hijo de puta… ¡ME LAS VAS A PAGAR!

-¡ZERO!-Dijo Java anonadado mientras sostenía a un inconsciente y malherido Metagross en su espalda, a quien dejó flotar con suavidad.

-¡JAVA! ¡ES HORA DE ACABAR CON ESTO!

Truefaiterman empezó a cargar una enorme cantidad de energía en su espada. De repente, toda la corriente de poder líquido que aún fluctuaba por el espacio empezó a condensarse en el arma del espadachín, formando una gran hoja de luces multicolor.

-¡True!-Gritó Magnificomm al oscuro.-¡Necesitamos que Java y tú abráis una brecha en el núcleo de Gargant para que acabemos con él Violent y yo.

-¡Hecho! ¡Java! ¿¡Estás listo!?

El pistolero también acumulaba energía en su arma, la cual apuntaba directamente al rostro que el gigante tenía en su vientre. Ambos guerreros siguieron acumulando energía, hasta que finalmente vieron como la criatura cargaba un rayo de luz en sus fauces. En ese momento, la espada de Truefaiterman empezó a brillar con aún más intensidad, hasta que de repente la hoja se dividió en diez fragmentos de luz multicolor.

-¡Vamos allá, True!

-¡Sí!

-¡RAGNAROK METEOR!

Finalmente Javato disparó un impresionante proyectil, el más poderoso que jamás había lanzado: la larga bala cargada de energía emanaba una imponente estela roja, asimilándose así a un cometa. Entonces los fragmentos de la espada de Truefaiterman se lanzaron hacia el proyectil, cubriéndolo para formar así un pequeño meteoro negro, del cual salía una increíble luz omnicolor cuyos tonos cambiaban constantemente. Para evitar el ataque enemigo, el Devoramundos disparó su rayo de energía, chocando así ambas técnicas. Una impresionante explosión de luz multicolor surgió de la combinación de ambos ataques, numerosas ondas de energía empezaron a salir disparadas en todas direcciones cubriendo el vasto universo, mientras la explosión pasaba a ser un gigantesco cúmulo de energía.

-Es hora de morir, ¿eh, amigo?

-Acabemos con esto…

-¡¡¡¡¡PHOENIX MAGNION!!!!!

El gigantesco fénix de luz bicolor surgió una última vez, cruzando a través de las ondas de energía sin que estas llegara a rozarlo siquiera. Del impresionante ataque empezó a surgir luz blanca, la luz más pura que nunca antes había salido del pájaro de energía. Mientras tanto, el forcejeo entre Devoramundos y combatientes finalizaba: La esfera gigante de energía, ahora casi tan grande como el monstruo, empezó a moverse hacia la criatura, que continuaba disparando su rayo desesperadamente, intentando aplazar lo inevitable.

La bola de poder comenzó a desintegrar al monstruo a su paso, la coraza de hueso se deshacía con cada milímetro que el increíble ataque se acercaba. Entonces el enorme fénix de luz blanquinegra se dirigió hacia el rostro del vientre del ser. Pero, de repente, el ataque perdió todo tono oscuro, siendo invadido con la blanca luz: Violent salió despedido por los aires, alejándose del ataque.

-¡MAGNI! ¿¿¡¡QUÉ COÑO HACES!!??

-¡¡¡VIOLENT, SABES QUE NINGUNO DE LOS DOS SOBREVIVIRÍA AL ATAQUE, DA IGUAL CUANTO PODER USEMOS, NO SERVIRÍA!!!

-¡¡¡PERO ASÍ NO HAY POSIBILIDADES DE QUE SALGAS DE ESTA!!!

-¡¡¡YA TE HE DICHO QUE PREFIERO MORIR A VER COMO LO HACEN MIS AMIGOS!!!

-Magnificomm…

-¡¡¡¡¡VIOLENT!!!!! ¡¡¡¡¡PROTEGE A MI HERMANA!!!!! ¡¡¡¡LA DEJO A TU CARGO!!!!

-¡¡¡¡¡¡MAGNIFICOOOOOOOOOOOOOOOOMM!!!!!!

El guerrero imbuido en luz se abalanzó hacia la cabeza humana de Gargant, la cual ya estaba parcialmente desintegrada, por lo que parte del segundo corazón de la bestia asomaba. El mastodóntico fénix blanco atravesó el cuerpo del maltrecho gigante, impactando contra el órgano con brutalidad.

-Adiós… a todos.

El cuerpo de Magnificomm, que ardía en el interior del fénix, se inmoló en doradas llamas, para finalmente explotar en un estallido de luces blancas y doradas que se unieron a la esfera de energía gigante: una explosión de dimensiones apoteósicas, nunca vistas, inundó todo.

El universo contenido en el castillo de Truefaiterman empezó a desmoronarse, enormes fisuras de luz se abrían en el espacio. La bestia gigante se desintegró con la fuerza de la explosión, mientras los guerreros salían disparados a kilómetros de distancia. Entonces, en las cabezas de todos los presentes se mostró la máscara del samurai, con sus siete ojos totalmente blancos.

-Es hora de acabar con esto. Mi mundo está condenado, ya se hunde para siempre jamás. Ahora tengo que finalizar yo mismo lo que empecé. Cuando despertéis, estaréis en el palacio de EmJei, a salvo de una vez por todas… gracias por todo… hasta… siempre… adiosz…

Absolutamente todo se cubrió de color blanco: El mundo de Truefaiterman, la cuna de los Devoramundos, se había tornado en la nada. Pero entonces, en el centro del lugar en que se encontraba el castillo del oscuro, apareció una plataforma de piedra. A su alrededor se formó de la nada un gran túnel de luz multicolor. En el centro de la plataforma se situaban dos guerreros: uno con negra coraza de dorados ornamentos, que sostenía una espada negra con runas azuladas en la hoja y cuyo rostro estaba tapado por una máscara morada con siete ojos, tras la cual ondeaba una larga melena plateada. El otro también llevaba máscara, mas esta era azul con dos ojos rojos. La coraza de este guerrero era de color azul oscuro con adornos de tono más claro. Su espada era similar a la de su contrincante, con la diferencia de que las runas de esta eran rojas y algo más brillantes.

Tras largos segundos en que ambos contendientes se observaron desafiantes, empezaron a luchar, haciendo chocar sus espadas en un frenético baile de aceros. Centelleantes chispas se formaban con cada impacto, las dos armas se golpeaban la una contra la otra con fuerza. El rechinar de los aceros, los pies arrastrándose por el suelo en cada finta, en cada forcejeo. El jadeo ocasional de los contendientes, sus leves gritos antes de arrojar cada gran acometida. Esos eran los únicos sonidos de este mundo de unos pocos metros cuadrados de tamaño. Un mundo generado únicamente como zona de combate entre los dos guerreros.

-Sí… esto es como nuestra primera vez, Truefaiterman, nuestro primer encuentro en el Nexo Universal.

Tras esas palabras Gargant realizó otra acometida, que el samurai esquivó con dificultad, cortando así el Devoramundos algunos pelos de su plateada melena.

-De este modo es como acabará todo: ¡Exactamente igual a como empezó!

True asestó una potente estocada a su enemigo, que desvió el envite con su propio arma para contraatacar con un tajo horizontal, evitado por el humano al alejarse de la hoja enemiga.

-No olvidaré aquel momento en que nos vimos las caras, aquel momento en el que me miraste acojonado sin poder creerte que esos invasores que destruían mundos éramos nosotros… que había vuelto a por ti…

-No se suponía que debierais estar vivos, no estabais preparados para vagar por los túneles que conectan mundos y sobrevivir.

-Esa fue una de las dos cosas que aprendimos de los humanos: Adaptabilidad. Aquello que os ha permitido existir desde el principio de los tiempos.

-¿Y la otra?

-El odio, un sentimiento cargado por el deseo de venganza… el odio… ¡hacia ti!

El Devoramundos se abalanzó hacia su enemigo asestándole un corte vertical, hábilmente desviado por Truefaiterman quien apartó su hoja de la del contrario para asestarle un tajo diagonal evadido por Gargant, que dio una voltereta lateral alcanzando así el costado de su contrincante, para al final lanzar una estocada al samurai, quien intentó girarse para desviar el envite de nuevo: La espada del Devoramundos atravesó el estómago de su enemigo para a continuación salir de él mediante un movimiento horizontal, provocando a True una brutal herida. El guerrero dejó caer el peso de su maltrecho cuerpo sobre una rodilla.

-¡JA! Esta vez el resultado es diferente, no vencerás nunca más, ¡no te lo permitiré!

-Mierda… ¿Qué es lo que falla? Todo es igual que aquella vez…

-Hay una diferencia, Truefaiterman.- Dijo el Devoramundos mientras apoyaba la punta de su arma en el pecho de su contrincante.

-¿Cuál?

-En esta ocasión… sabes que esto es lo correcto. Con el paso del tiempo has…¿cómo lo llamáis vosotros los humanos? Ah, si… madurado. Te has dado cuenta de que TÚ eres la auténtica lacra de este universo, TÚ eres el verdadero causante de todo esto y que TÚ eres quien debe pagar por ello.

-No… yo solo… cometí un error. Así es, he madurado… en ese momento era… necio…

-Y a un necio no se le puede conceder el poder de un dios. En cuanto descubriste que tenías latente el poder de crear un mundo propio, no dudaste en consultar a tus… “amigos”… para que te ayudaran a despertarlo, y te pusiste a crear tu propio mundo al tuntún.

-Joder, apenas era un niño, hice lo que pude, y solo cometí… un único error… el mayor de mi vida…

-Diste un paso más de lo necesario: Intentaste crear habitantes… por supuesto, no salió nada bueno… ¡¡¡Y NOS DESECHASTE COMO SI FUERAMOS BASURA!!!

-…

-Nos intentaste destruir, nos arrojaste a un portal dimensional como un crío que tira un juguete por la ventana. Pero nosotros nos adaptamos, crecimos y nos extendimos. Padecíamos dolor, teníamos hambre, sentíamos dolor… y entonces entramos en un mundo especial…

-K…Kape… el mundo que nos vio nacer a Javato y a mí… para nuestra suerte, el estaba en Unimon, y yo en EmJei cuando lo devorasteis…

-Así es… no había nadie, era un mundo fantasma. No teníamos que pensar en habitantes, el la opinión de los demás. Para nuestra fortuna nos habíamos adaptado a abastecernos con cualquier cosa… cualquiera.

-Y llegasteis a devorar el mundo entero…

-Tras eso, vagamos por el universo en busca de más mundos deshabitados, más mundos fantasma… pero no hallamos nada. Y entonces empezamos a alimentarnos de lugares habitados… sin importarnos nada, ni nadie. Ese es el mero objetivo de mi especie: Sobrevivir.

Finalmente, Gargant ensartó su espada en el torso del samurai, que empezó a vomitar sangre por debajo de su máscara mientras llevaba sus manos a la hoja enemiga, intentando tirar de ella en vano. Finalmente, Truefaiterman cayó al suelo, incapaz de defenderse, simplemente esperando a la muerte.

-Pero mi caso… mi caso es totalmente diferente… especial. ¿Sabes por qué, verdad?

-…

-Creaste a los Devoramundos a partir de la tierra… a todos menos a La Madre, que nació en base a tu poder de creación… y a mí… padre. Yo nací a partir de ti, me creaste para ser como tú. Yo te recordé todo el tiempo, recordaba mi llegada al mundo cada vez que veía como otros de mi especie surgían a partir de humanos…

-Los… coman…dan…tes…

-Así es… Godagantess, sin ir más lejos, al igual que Brailagh, aunque este fue resultado de un cruce entre especies en el que La Madre creó a un comandante en base a un humano y un Devoramundos corriente… los Devoramundos de sangre roja. Pero al contrario de lo que hiciste tú, yo no los abandoné. Crecieron a mi lado, les enseñé a sobrevivir, a prevalecer y mantener una existencia basada en el sufrimiento, tanto propio como ajeno.

-…

-Durante años y años busqué el mundo que me vio nacer, y cuando llegué hasta él y vi como lo habías dejado abandonado a su suerte igual que a nosotros, por primera vez en mi vida hice un cambio de planes: Colonicé el mundo que abandonaste, lo convertí en nuestra gran base, nuestra fortaleza, y sobre todo… lo convertí en nuestro hogar. En ese momento descubrí EmJei, el mundo en el que tú, mi gran enemigo, mi propio creador, mi padre… vivía en repulsiva opulencia como si nada hubiera sucedido. Compartiendo trono con el creador de ese mundo, ignorabas nuestra mera existencia, y hablabas de tu crimen como algo nimio, un problema menor fácilmente solventado. Eso fue… excesivo… desde entonces convertí matarte en mi única meta.

-…

Hipócrita… me hablaste de sentimientos y de bondad cuando en el pasado te dedicaste a crear vidas y jugar con ellas a tu antojo. Me hablaste de amor, cuando tu ni siquiera has sentido tal cosa en tu vida, cuando llamas amigos a un grupo de gente de la que te aprovechas para obtener lo que te interesa para después dejarles olvidados. Me hablas de amabilidad cuando siempre has sido un egoísta pretencioso que no buscaba más que ser un rey venerado por una gran plebe… tal como te dije… tu eres la verdadera lacra de este universo. Eres la prueba de lo repugnante que resulta la humanidad.

En ese momento, la espada de Gargant comenzó a brillar con fuerza en el cuerpo del samurai de cabello de plata. El Devoramundos agarró su arma con el objetivo de retorcer la hoja y rematar así a su enemigo, que sentía el frío tacto de la mano de la muerte acariciando su rostro. Pero de repente, el brillo se intensificó aún más, hasta que la hoja explotó en mil pedazos para sorpresa de ambos contrincantes.

Una gema salió del cuerpo de Truefaiterman: una joya con mil veinticuatro caras que reflejaba todos los colores posibles. El cuerpo del caído empezó a imbuirse en luz, mientras una omnipresente voz femenina retumbaba por todo el escenario.

“Gargant… tú que eres junto a su avatar maldito el ser más cercano a Truefaiterman, deberías haber aprendido la lección.”

-¿Madre? ¿Cómo puedes seguir con vida? ¡Él… él te mató!

“Yo, que en cierto modo también he nacido a partir de él, sé que cometió un error en su juventud.”

-¿¡A ESA ATROCIDAD LO LLAMAS ERROR!?

“Su objetivo nunca ha sido tu muerte, Gargant, sino la suya propia. Nuestro… padre… desea redimir su pecado eliminando aquello que destruye a los demás: Los Devoramundos… y él mismo.”

-Insinúas… ¿Qué él deseaba morir?

“Es la hora de la redención. La hora de que los dos expiéis vuestros crímenes.”

En ese momento, el cuerpo de Gargant comenzó a agrietarse, mientras una potente luz dorada salía de las fisuras.

“Haciendo esto, yo misma redimo mis propios pecados. Ambos seréis sellados, os uniréis para volver a ser el Truefaiterman original. Y solo cuando alguien que pueda llevaros por el buen camino rompa el sello… podréis expiar vuestras culpas para siempre.”

Finalmente, el Cuerpo del Devoramundos se inmoló en una explosión de luz, una luz que deshizo el túnel de energía, la plataforma, el ya iluminado cuerpo de Truefaiterman y la piedra en cuyo interior residía el espíritu de La Madre. Todo retornó a la nada más absoluta, como si ese mundo nunca hubiera existido. Aquellos que participaron en la batalla final no pudieron hacer otra cosa que esperar… esperar el día en que vieran volver a su compañero desaparecido mientras volvían, por fin, a una vida de paz y prosperidad.

Texto agregado el 05-05-2009, y leído por 83 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
05-05-2009 5 Dacler
 
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