EL ASOMBRO

El asombro surgió una extraña mañana de octubre cuando encontré lo que había estado buscando hacía meses: un viejo cuaderno del colegio.

Dentro de ese cuaderno había una carta que escribí para Amanda, exactamente hace once años atrás, cuando descubrí que la amaba. La mañana en que se la iba a entregar, ella no fue a clases. Al día siguiente tampoco, ni al siguiente. Nunca más supe de ella hasta ayer, que por esas cosas de la vida (pónganle el nombre que quieran) la encontré en el centro. Al parecer es vendedora de la librería a la cual suelo ir a comprar, por lo cual supongo está hace poco tiempo en el lugar.

No me atreví a hablarle, de seguro no se acordaría de mí, aunque habíamos sido bien amigos en esos años, mi temor fue mayor.

Pero hoy, si me acercaré y cerraré este círculo que
me mantuvo aturdido los últimos años.

Hoy, a los 27 años, tengo una nueva oportunidad, de esas que rara vez se vuelven a repetir. Veremos que sucede.