Mi casi primera vez
A los 15 mi novia Cira, cabello largo debajo de la cintura sedoso, siempre peinado, su tez muy velluda como si fuera terciopelo, delgada, sus pechos pequeños y su voz chillona, siempre usaba la palabra correcta, estudiaba en la escuela de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México.
Fue mi novia nunca me exhibí con ella no era fea sólo que a esa edad yo estaba lleno de prejuicios y ella era de provincia y muy estudiosa solo la tomaba de la mano y unos besos fugases.
Tenía una prima un poco menor que ella, Alejandra, delgada parlanchina y mal hablada, con unos pechos enormes, estaba terminando la primaria nocturna, una tarde fui a buscar a su prima y no estaba, me dijo que ella podía atenderme mejor que Cira.
Acercó su cuerpo junto al mío sentí sus pechos firmes sobre mí y me deje llevar por esos labios húmedos y cálidos que buscaban con ansia los míos, sus manos recorrían mi cuerpo de un lado a otro y yo siguiendo su rutina y buscando partes íntimas, así llegue a ese par de montañitas rosadas coronadas con unos pezones colorados, cálidos y firmes, cuya temperatura quemaba mi rostro, al lamerlos parecían palpitar en mi boca, eso fue todo.
La segunda ocasión repetimos la misma rutina y al tocar sus glúteos los tensaba dando la impresión de que estaban más macizos de lo que se veían, al deslizar mis dedos entre sus piernas ella gemía y se retorcía de una manera excitante, al llegar a su pubis ella gimió más fuerte y apretó sus piernas aprisionando mi mano cuyos dedos no dejaban de moverse jugueteando con su clítoris, casi al momento emitió un suspiro, se movió como si se convulsionara y se puso a llorar, sus lágrimas humedecían mi rostro y al mismo tiempo mis dedos se mojaban, un minuto después todo fue calma solo un pequeño temblor se sentía en todo su cuerpo, me fui desconcertado y emocionado buscando una explicación por lo sucedido.
La última vez que la vi era una tarde lluviosa y nos refugiamos en el cubo de la escalera aún costado de su departamento, a las 17: 00 horas aproximadamente un día del mes de agosto estábamos más que calientes y ella empezó acariciar mi pene y yo experimentaba sensaciones desconocidas de pronto me dijo: -vamos adentro, no hay nadie- , entramos, la cama estaba en el primer cuarto, ella se sentó, yo le quité las pantaletas pero no la falda, desabroche su blusa y le saque los pechos del sostén sin quitárselo, lo cual hacía que se vieran más excitantes, ella se recostó, yo separe sus piernas y vi el trofeo que anhelaba desde el primer encuentro, me baje los pantalones con todo y calzón, me incline sobre ella recargando las manos en la cama dispuesto a penetrarla, estaba a punto de tocar su pubis con mi pene… cuando abrieron la puerta y entró su tía, paso a un costado de nosotros directo al baño, con una velocidad impresionante me subí los pantalones y salí, al poner un pie en la calle choque con su tío y todavía le dije: -con permiso- en seguida choque con su prima la mayor, fue cuando pegue la carrera y no pare sino 100 metros adelante, agitado y completamente empapado me dije:-pero si no hice nada- y regrese a pararme afuera de los departamentos a esperara mi novia, la cual no salió esa tarde.
Al día siguiente me platicó que a Ale la habían encontrado con un muchacho y sin ropa interior, que ella aseguraba que no había pasado nada y sus papas decidieron mandarla al pueblo, pues no quiso decir quien era ese muchacho.
Un mes después la encontré a media cuadra y le hable, ella al verme se puso muy nerviosa, se persigno y empezó a rezar en voz alta como si hubiera visto al diablo y haciendo la señal de la cruz muy espantada.
Yo me quede sin poder moverme y la vi alejarse sintiendo la mirada de los vecinos que presenciaron el encuentro.
Fue así como mi casi primera vez se fue al diablo.