Perros que aúllan llamando desgracias ajenas
La noche subterránea es garantía del movimiento
En la ciudad
En un barrio
En una casa
La vida se esfuma
Como pucho disuelto
En tierra abierta
Un, dos, tres gritos
Ruidos de horror irreconciliable
Los escucho a mi pesar
Auschwitz está cerca
En el baño de mi casa
En estado de espera
Manos inflamadas
Ojos hinchados
Labios desquebrajados
Pies sin sentidos
El cráneo sudado y demacrado
La noche quiso enseñarme…
Cuando un pequeño
Lagrimea en su peluche
En su ancha cama
Cierto dios llora la violencia
Bajo su frondosa sepultura
Golpes entre humanos martirizados
La sangre negra envenenó
La violencia de mi casa
Texto agregado el 30-04-2009, y leído por 112
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
08-02-2010
me gustó.. creo que en el sur de donde también soy.. se tejen las más bellas palabras. soleparra
30-04-2009
Buenas imágenes. un gusto encontrarte. Trayen. rayen-tru
30-04-2009
Muy dura realidad para ser vivida teniendo ojos aún de niño _Cuando un pequeño
Lagrimea en su peluche
En su ancha cama
Cierto dios llora la violencia
Bajo su frondosa sepultura--muy bueno =D mis cariños
dulce-quimera
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