Creo que nunca he aprendido tanto en mi vida. Y no digo solo académicamente, donde he aprendido desde el ultimo pedo que se tiraron los visigodos, hasta los estados de excepción constitucional(Una nicaragüense aprendiendo la constitución Chilena). Ayer me di cuenta, que las cosas pequeñas son, efectivamente, las que nos llegan profundo en el corazón.
Empecemos con el carro. Nunca había valorado tanto un carro como lo hago ahora. Caminar tanto me hace echar de menos poder transportarme en un carro, en distancias tan pequeñas como las de Managua. En una ciudad como Santiago, andar en carro es un lujo; lo dice la que anda en metro y bus, gastando aproximadamente dos horas y media de su día, cada día y buscando como andar en taxi en cada oportunidad posible.
Que distinta es la comida en cada país. Y dentro de cada país, en cada casa. Nunca he valorado tanto una comida como la de mi casa, donde saben mis gustos, y ante todo lo importante de una comida balanceada. Puré con queso no me atrae para nada; por gusto y por salud. Después de mi examen de ayer me premie con un smoothie. No se imaginan mi felicidad.
Los amigos, siempre tan importante para mi. Vine a un país donde la gente puede ser muy fría(mayormente los de la capital) y poco acogedora; donde nadie entiende que existen países fuera de este, donde la “palta” es “aguacate” y los “choclos” son mundialmente conocidos como “maíz”. Que fácil es estar con los que te entienden, que bueno es aprender a tolerar lo que una vez me pareció ignorancia.
Pocas veces me detuve a respirar el aire “puro” de mi país. Viviendo en un hoyo, aprendí la importancia de un medio ambiente libre de contaminación. Pasar una semana seguida con dolor de cabeza no es nada placentero, se los aseguro. Nunca había valorado algo tan esencial como respirar.
Volviendo a lo del transporte, que rico es caminar. Talvez el hecho de que vivo en una calle bonita lo hace mas deleitable. Si supieran las locuras que pienso todos los días en esos 15 minutos de caminata. Entre otras cosas, pienso que voy caminando muy lento y que voy a llegar tarde para la cena. La caminada esta entre el amor y el odio, todo depende de mi estado de ánimo(y del tiempo).
Aprendí, entre otras cosas, la importancia de saber estar sola. Y ante todo, saber apreciar tu propia compañía. Lo que nunca aprendí, ya que nunca trate, es a dormir menos; me gusta ser así.
|