LAS PIEDRAS DE LA CASA CON JARDIN FUCSIA.




Es domingo
y en la terraza del balcón negro
con vista al jardín fucsia
dilatan las hojas en tu piel
como una palpitación cíclica,

es el jardín acústico, escúchalo...

(tu figura se transforma
cuando cambias de posición).

No llores, te he visto de cerca,
tus ojos sufren una metamorfosis
están en pie despiertos.

(Van con dirección
hacia la casa de los locos).

No te aflijas,
el tiempo a veces
no por desgracia
parece detenerse
en la morada
de nuestras inclinaciones,
(más absurdas)
cuando vemos a nadie pasar
por el espejo,
(situado en el centro de la sala)
ni a los difuntos
de nuestras alegrías pasadas.

(tus ojos verdes siguen siendo verdes).

El fuego danza en el teatro
que aun sigue con vida
y en el camino hacia la verja
hay una luz rota,
y tu pretensión desespera por desaparecer,
no lo intentes otra vez
no vaya ser que te conviertas en piedra
(una piedra salvaje)
entonces no podrá latir mi corazón,
entonces el hombre bueno
no querrá vivir sin verte.

No te vayas a dormir todavía
mirando hacia arriba,
en el arrullo de la noche
las mariposas
quieren entrar por tu ventana.

El secreto donde transita
el final de la muerte
no lo encuentras
en la filosofía mujer,
duerme en el infinito
de tu absurda melancolía.

Es domingo
es temprano
vamos a caminar,
no te pongas maquillaje
ponte un Jean viejo,

(tus ojos verdes siguen siendo verdes)


vamos a contemplar
la estación del invierno
y mirar caer la última hoja
del árbol más alto de la muchedumbre.