“Declaración”
La sangre fluye a raudales y no la puedo detener.
Los latidos de mi corazón se revelan ante la pulcritud de la razón.
Siento correr sudor enajenado sobre mi piel, cuando tus manos eróticas, recorren mi cuerpo trémulo.
La melancolía que antaño me hacia el amor egoísta, grita con ira y con rencor, cuando me hipnotizas con tu amor verdadero.
Asesinas al oráculo pretérito, que me condenaba en las garras codiciosas de Hades.
Ni Martes con su fuerza guerrera, puede detener este sentimiento mayor.
Si hasta el pétalo de la rosa más delicada, adquiere fuerza divina y puede enfrentarse al martillo de Tohr.
Si hasta la lagrima más sutil, puede transformarse en un mar de pasión.
Atrás dioses malignos ya no me podréis vencer, que he encontrado al aliado mas grande. El dios amor.
Raquíticas quedan sus amenazas, cuando tu, mujer, me regalas un beso y me inundas con tu calor de fémina apasionada.
Atrás han quedado las miradas vacías.
Atrás han quedado los pensamientos intrascendentes.
Atrás han quedado las soledades obsesivas, los timoratos sollozos de niño temeroso.
Has prendido en el hielo más helado, el fuego más trascendente, que ni la lluvia más fuerte puede apagar.
Ya los monólogos no me hacen llorar, porque tu ser me acompaña en cualquier lugar.
Mi sentencia esta pagada, es hora de triunfar.
Alzo mi vuelo desde la montaña mas elevada, ven conmigo ninfa aparecida. Te invito a conocer el mundo y en tus brazos me protejo cuando la fuerza me ha de abandonar, de tus besos me alimento cuando el hambre me quiera invitar y de tu mano me aferro cuando el derrotero me quiera asustar.
Ven conmigo ninfa aparecida. Déjame mostrarte el mundo…ve conmigo a amar.
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