“El Encuentro”

Ninfa primaveral.
Me has rescatado de ancestrales temores, que subyugaban mi alma reprimida.
Hoy, mis sollozos silenciosos, se han convertido en llantos de libertad.
Aquí, en tu tálamo de mujer solitaria, me has llevado a un mundo de epicúreas sensaciones, desconocidas para mí.
He llegado a tu femenino y sensual escondite, como un niño, besando como niño, sintiendo como niño, sudando como un niño, mirando como un niño y sufriendo como un niño.
Y hoy que me has llevado a conocer y sentir lo que es un orgasmo infinito y devastador.
Pido como hombre, beber de tu cuerpo sudoroso, la sabia hija de tu excitación.
Abrázame ninfa primaveral.
Tú me recibiste como niño y ahora me posees como hombre.