No podía dormir. Estaba recostada, su cabello desordenado y el colchón tieso. Sus ojos clavados en el closet, su mente hibernando y el frío agresivo en sus huesos:

1
"Deseé no haberme dormido. Fue tan real. Sentí un apretón en mi cuerpo, crucé las piernas, el deseo consumió completas las ganas de estar enganchada y seguir ahí. Viví esas manos en el pecho y sus labios en el cuello desde adelante hacia atrás. Maldije el haberme dormido, porque tenía en algún momento que despertar."

2
"Me levanté cuando la puerta se abrió con fuerza. Su postura dominante, la ira desbordada en su aliento, y el momento en que me llamaba farsante. La ferocidad en sus movimientos me presionó para confesar mis verdaderas intenciones, y… sentí el odio contundente en mi cara. Toda su pasión y su desdicha, plantadas ambas en el mismo golpe, y su mirada herida cobrando venganza en mi humillación. Las pulsaciones de mi rostro quejumbroso, y la satisfacción violenta de su corazón al desquitarse. Quisiera olvidar, pero ni para mí ni para él existe el olvido."

3
"Le vi entrar con un plato redondo y cóncavo, como las vasijas de la cocina pero más pequeña, y el olor me reveló lo que traía. La crema estaba impregnada de champiñones y pollo frescos, hervía y su vapor me llenaba cada nervio ansioso por el hambre que tenía. Mientras disfrutaba las cucharadas, entró su llamada y le hablé inconscientemente. Yo estaba en el paladeo de cada ingrediente, por más artificial que fuese, y a todo le asentía como si le prestase atención. No debía haber contestado. La delicia de la crema me hizo decirle que sí."

4
"Esperaba otro sorbo más. Jarra y media no habían bastado. Necesitaba otro pocillo, saborear un rato más la calma y disfrutar un poco el insomnio. Tenía que calentar el cuerpo para lograr dormirme, aunque experimentara el efecto contrario al ingerir ese líquido. Llegó el pocillo, bebí su contenido, y levanté la mirada hacia él. La piel cosquilleaba, la relajación era invasiva en mi cuerpo. La sonrisa que le di fue mi agradecimiento más sincero. Estaba tranquila, ya nada importaba."

En las cuatro imágenes la vi. Con el mismo comienzo la encontré en todas, y solo en unas estuve físicamente presente. En unas lo gocé, y en otras, ella también.

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