Ríos de oscuridad
van buscando caminos
en la mitad de la noche,
penetran las soledades azules
hasta llegar lentamente
a la humedad de mi vientre,
que se mece sobre el párpado
abierto de la noche.
Más allá del cruel olvido
la memoria se marchita
en la breve quietud de tu rostro,
fue tan solo un instante
en el que el silencio se aferra
a los recuerdos que ruedan
refrescando los pasos del olvido
para acariciar tus manos tibias.
A veces no quise soñar contigo
pero el travieso olvido ha huido
permitiendo refrescar la memoria
para poner en presente
un trozo de universo
de mi alma que navega
asida a tu cuello
por los atardeceres que nos faltan.
Aliciacometa
11-03-2009
25-04-2009
Texto agregado el 25-04-2009, y leído por 250
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