Enero, nace con un amor frágil,
Tan desganado como intenso
Misterioso, casi tanto como tu mirada perdida,
En tus momentos de lejanía.

La ambigüedad de mis respuestas
Denotan la incertidumbre que me invade
Y la suspicacia de sentir que encontré eso que buscaba
Pero tan voluble como un espiral
La misma ambigüedad de decir que se termina
Cuando en verdad recién comienza.

Nuevamente la luna me descubre sola
Cuando casi se acostumbra
a encontrarme en la plenitud de tus brazos.

En estas noches vacías,
Con el rezago de tu cuerpo
Lentamente me desangro en recuerdos
Deseando con ansias que termine el maldito tormento.

Entre la memoria y la indiferencia,
tu sonrisa insiste con invadirme
Y no dejarme respirar,
sin el hálito que frecuentaba regalarme.

Como encontrarle nuevas palabras,
a lo que ya fue escrito
Si con un simple ‘Te Anhelo’,
te llevaste todo mi sueño, y mi frío
Robándole a mis noches la luz de la luna.
Logrando que un simple momento,
justifique una existencia.