Mi corazón se parte en dos, al ritmo de este blues... la voz de Norah Jones clama a Ray Charles en un tributo añoso... y cada palabra me llega al alma. Con una copa de vino medio consumir y mi rostro bañado en lágrimas… te digo adiós.

Ya no resisto más este pesar que me mata y quisiera morirme en este instante, para dejar de tener tanto padecimiento. Cariño, eres la cruz que cargo a cuestas. Cariño, eres lejos, quien más dolor ha significado. Porque lo nuestro no resultó… y tampoco le dimos la oportunidad de verlo nacer.

Cariño, al ritmo de este blues, te digo que no amaré a alguien tanto como te quise yo. Que mi corazón medio muerto, por ti amaba mares… y de ahí en adelante amará sólo esteros de causes menores.

Aquí estoy escribiendo esta prosa sin gracia como el Blues que escucho al momento... el cual es tan desgraciado como yo.... aquí estoy aniquilado en parte con el sueño, pero sabiendo que el sueño me traería descanso, pero no consuelo, porque sé que entre mis sueños aparecerás ahí.

Mi garganta apenas es capaz de tragar mi propia saliva entremezclada con este barato vino… por Dios... echo de menos a los cigarrillos que dejé de fumar por ti… y a cada sorbo cada vez me acuerdo de ti… mi corazón se parte en dos y escucho su desgarrador sonido... y esta canción de jazz standard llega a su fin, pero su música me inspira más a seguir tendido sobre el teclado... a no levantarme... a no beber... y al final de la canción escucho las trompetas y saxofón muriendo en el silencio de la habitación que me cobija... acompañado por el quiebre final de este corazón... que se ha muerto... por ti.