El alivio que procede al desahogo, palabras que emanan de nuestros labios como manantiales de verdad.

Y de esperanza.

Con el simple propósito de liberar, de dejar ir, y de sentir el placer que causa el desafío de desnudar el alma.

Me invade un deseo enorme que del otro lado me espere ansiosa tu atención. Y de que a la respuesta se le escapen las palabras, y le sobren los abrazos.

La sensación que recorre mi cuerpo es indescriptible, inigualable, definitivamente saludable.

Ensaye tantas veces este momento, es mío, te lo regalo, hagámoslo nuestro.