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¡Demonio! ¡Demonio!, donde escuchaba esa palabra él buscaba, indagaba, que el demonio mató a mis padres, que bebió la sangre de los campesinos, que atacó en la puna, él estaba interesado en todas esas historias. Era mal visto por supuesto, era considerado un demente, ¿quién en su sano juicio iría tras semejante monstruo? Estaba obsesionado, le siguió el rastro por ayllus y pueblos vecinos, pero al parecer se encontraba nuevamente en una misión infructuosa ¿qué haría si lo encontraba?, ¿qué podría hacer él contra aquella bestia despiadada?, no lo sabía; sin embargo, continuó con su exploración.

Algunas veces estuvo cerca de hallarlo, podía ver sus vestigios de sangre y destrucción, los cuerpos destrozados y mutilados recientemente, expidiendo ese olor a piel chamuscada, tan característico de las muertes que provocaba. La bestia era escurridiza, aparecía y desaparecía de los pueblos como si fuera un fantasma o un demonio, sin dejar más rastro que la muerte. Fue justamente en una de esas ocasiones, cuando creyó que le había perdido la pista nuevamente, que se lo encontró. Se había arrodillado para contemplar a una de sus victimas, era un pequeño niño con los ojos abiertos como dos inmensas lunas, en contraste la boca estaba cerrada y rígida, al cuerpecito le faltaban las extremidades, tanto piernas como brazos habían sido arrancados. La opresión de pecho que provocaba la angustia ante tan trágica escena, se desvaneció de inmediato cuando escuchó ese rugido suave y constante semejante a un susurro, grrrrrrr, grrrrrr, grrrrrrr. Volteó excitado y un tanto asustado por haber hallado lo que con tanto esfuerzo había buscado. De pronto, teniéndolo frente a él, supo lo que tenía que hacer: matarlo, para acabar de una buena vez con ese maldito demonio, no sabía si era la persona indicada para ello, no sabía siquiera si ese monstruo era mortal; pero no le importó tenía que deshacerse de él, tenía que impedir tanta muerte y destrucción.

Cogió una filuda piedra y armó su honda con ella, apuntó al ojo del puma negro que raudo se aproximaba a él para embestirlo, no le dio en el ojo sino en la nariz, ya que la bestia era muy rápida y zigzagueante, el felino maligno se perturbó un instante por el dolor, se detuvo y sacudió la cabeza, lo que le dio el tiempo suficiente para recargar su honda y dispararle nuevamente; sin embargo, falló por completo el tiro, corrió, ya que la bestia lo seguía desesperada, sin pensarlo, por instinto, se internó dentro de una estrecha quebrada formada por unas enormes rocas que se encontraban a la salida del poblado. La bestia lo siguió, pero no pudo atraparlo, era muy grande para alcanzarlo, trato de cogerlo con sus garras y no pudo, estaba atrapada entre las rocas. Su furia se incrementaba con cada intento fallido, su pelaje y piel se calentaron hasta convertirse en un intenso fuego negro. El calor era insoportable, el fuego calentó la roca hasta volver el estrecho un horno, Huatiacuri soltó la honda, sintió desvanecerse, la sofocación le impedía respirar, sus latidos eran cada vez más débiles; sin embargo, de pronto, una fuerza semejante a un rió caudaloso y tranquilo recorrió su cuerpo aliviándolo del calor y la sofocación, en ese instante, el puma negro estirándose al extremo logro alcanzarlo, le dio de zarpazos una y otra vez con gran furia, sin lograr herirlo. Huatiacuri se encontraba en un estado de aletargamiento, era consciente de lo que le sucedía, pero no podía comprenderlo su cuerpo otrora un amasijo blando y endeble de piel y huesos, era ahora una fortificación de piedra sólida y dura. Observó directamente los ojos de la bestia, eran rojos y profundos, como los charcos de sangre que formaban la sangre de sus victimas, la energía en su interior, el río caudaloso y tranquilo, empezó a bullir de manera incontrolable, su cuerpo se fusionó con las rocas que lo rodeaban y empezó a dominarlas como extensiones de su cuerpo, empezó a presionar a la bestia con la intención de aplastarla como a una mosca, Amaru sintió el peligro mortal de un gran poder que sobrepasaba los suyos y huyó despavorido.


Texto agregado el 25-04-2009, y leído por 119 visitantes. (1 voto)


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