Dos ardillas coloradas
de rama en rama saltaban,
y con hojas amarillas,
abanicos coleccionaban.
-¡Que si! ¡Que no!.Discutian.
Y a un gordo castor miraban.
El bigotudo panzon,
de reojo obserservaba.
-¡Que si! ¡Que no! Repetian
Y el su trabajo completaba,
de repente algo cansado,
pregunto a las coloradas:
-¿Por que pelean mis niñas?
-¡Esta casa es de mi amada!
-¡Yo te dije queridita!
-¡Es una presa encantada!
-¡Que si! ¡Que no !Nuevamente.
La discusion no terminaba.
Es que simplemente habia,
una disputa enamorada.
La mas pequeña soñaba,
que el castor al altar la llevaba.
Y la otra convencida,
con un no le explicaba,
que un castor panzon y bigotudo,
nunca a una ardilla ama...