En aquella posición sólo podía observar el techo blanco y vaporoso del cuarto de baño. No sé que tiempo llevaba allí, el agua caliente quemaba poco a poco mis pies y pedía a ese dios del que siempre renuncié que la bombona de butano se agotase cuanto antes.
Intenté moverme pero era imposible, un fuerte dolor en las vértebras me lo impedía, me consolaba el hecho de notar el agua en mis pies, eso significaba que la médula ósea no había sufrido un daño irreparable.
A veces ocurre, estar solo en casa en determinados momentos tiene ese incoveniente...Dentro del dolor me sonreía pensando que sería un número más del instituto nacional de estadísticas como víctima de accidente doméstico.
Oí la puerta abrirse y cerrarse, ¿ Se percatarían que mi ducha duraba demasiado? ¿ O pensaría que me estaba masturbando al estilo de " American beauty" ?
Mis lágrimas se confundían con las gotas de agua, mis pies enrojecidos por el agua caliente a más de treinta y ocho grados centígrados parecían una puta hamburguesa de mcdonald. Mi campo de visión era muy reducido, mi cuello estaba anquilosado, pero de soslayo pude ver, entre el vapor el causante de aquel miserable resbalón: Mascarilla para cabellos rizados "hidraryzo" fructis de garnier....Aquel puto y verde envase era el motivo, recordaba una y otra vez mi advertencia a mi esposa: Cariño, cuando te laves el cabello limpia la patina grasienta que deja la mascarilla, me resbalo al entrar....
Mi voz no salía, ni un suave maullido gatuno, poco a poco me vi a mi mismo, gordito, tumbado, desnudo, con la cara desencajada de incomprensión e impotencia, hasta que todo se hizo oscuridad. |