-Quisiera vivir eternamente
-¿Para que?- le respondió
-Para amarte cada día de esa eternidad
Le sonrió, como siempre, con una sonrisa agradecida, de esas que llevan un dejo de melancolía, de tristeza escondida, y le dijo
-Estaré contigo, siempre.
Cuando despertó, la vida le dolía, cerró los ojos y lo buscó nuevamente entre los sueños, intentos vanos
-Si tan sólo pudiera dormir….otra vez, eternamente
Se repitió la última palabra y le retorció la amargura
-Buenos días amor ¿Cómo amaneciste mi príncipe?
Se asomó a la ventana y vió en la calle a los niños que iban a la escuela jugando en los charcos de agua
-Otra vez llovió ¡Santa Bárbara bendita, por favor,que no llueva más!
-Ayer vino Papero, dijo que estaba haciendo unas vueltas por acá cerca y se le antojo visitarnos…..está mas delgado…¿Estará enfermo?, preguntó por ti, respondí lo de siempre, que no sé nada, nada desde hace tantos días. Siempre nada
Prendió el televisor
-Está trabajando, ¿sabes?, un primo le consiguió empleo en un almacén de zapatos allá en el centro, me dijo que me ha visto varias veces por allá, cuando le pregunté por que no se me había acercado a saludarme ¿sabes que dijo?....Nada, agachó la cabeza, me miró con disculpas, quiso responderme, pero se que no sabía que decirme, entonces se puso a llorar, yo lo dejé, me senté a su lado y le sobé la cabeza, así como lo hacia contigo, ¿recuerdas?, cuando se calmó le ofrecí una taza de chocolate, le dije
-¡Animo Papero!,tómese el chocolatico, ¡Qué no nos vaya a faltar la berraquera!
Ni se la tomó, me miró como avergonzado y se fue, no sin antes prometerme que pronto volvería o que si me encontraba allá en el centro con las otras mujeres me saludaría y hasta de pronto nos acompañaba, pero sabe que mi príncipe, no lo creo, no creo que vuelva ni mucho menos que me acompañe allá con las otras, vino fue a despedirse, de pronto él no lo sabe, pero yo si, lo vi en sus ojos, lo sentí en su miedo….No, no lo culpo, pobrecito, total, todos hacen lo mismo.
Tomó el control remoto de la televisión con la esperanza de que tal vez hoy si dijeran algo, paso saltando por telenovelas, fútbol, farándula, telenovelas, mas fútbol hasta dar con las noticias del día, política, bla bla bla, deportes bla bla bla, la cara sonriente del ministro con sus generales también sonrientes ¿De qué se rie, señor ministro, de que se rie?
-Antes de las diez tengo que pasar a recoger tu foto, ¿A que no adivinas cuál llevé?, no claro que no, llevé esa en la que estás con la camisa azul que te compré cuando me liquidaron en la empresa, aún recuerdo como te enojaste cuando me aparecí con ella, y decías que no estaba bien que me estuviera gastando los ahorros en esas cosas, pero cómo te lucía, que guapo quedabas con ella, todo un galán, me parece estar viéndote cuando la estrenaste, esa noche saliste muy perfumado y canturreando, recuerdo que había pasado todo el día pegada a la máquina de coser para terminar con un encargo y te arrimaste a darme un beso, tus besos, ¡como extraño tus besos!, recuerdo que me hice la enojada, la muy brava, te solté la cantaleta acostumbrada y te despediste lanzando besos al aire, tal vez por eso no abro las ventanas, me digo que alguno de esos besos aún anda enredado en los rincones de la casa, esperando a ser capturado, ¿Me crees tonta? No importa, ya hay muchos que andan pensando que ando desvirolada, si ellos supieran, si tan solo supieran.
-Hace frío amor, ojalá estés abrigadito, y no olvides las pastillas para la alergía, recuerda como te pones cuando te ataca la rinitis, ¡ Y este maldito invierno que no termina! Lluvias, tras lluvias, cómo me golpean esas lluvias!
-Si, estoy sonriendo, es que montada en este bus de pronto me acordé cuanto disfrutabas hacerlo, yo no lo entendía, entonces me explicaste tu teoría, decías que te parecía mágico mirar las caras de cada uno de los pasajeros e ir imaginando sus vidas, para mi eso era de locos, decías que el viaje se te hacía corto explorando sus ojos, adivinando sus demonios, esculcando sus pecados, yo te respondí que a quien le importa la vida de los otros, dijiste que a ti, que a ti si te importaba la vida de los demás, y te respondí que tonterías, que era una pérdida de tiempo, una pérdida de tiempo……y ahora, heme aquí…
Llegamos
-Señorita, vengo por lo de la foto ampliada, ¿Cuánto es?, muchas gracias, ¡ Huyy pero mira que pispo quedaste mi príncipe!, vas a ser la envidia de todas, …bueno, ya ni sé que es lo que estoy diciendo.
-Mira la hora, ya van a ser las once, las otras deben estar esperando, ya sabes lo puntuales que son, todos los Miércoles a las once.
-Allá están, ves a la morenita de blanco, si seré boba, si todas estamos de blanco, es aquella la de la diadema, esa es nueva, hoy es su segunda cita con nosotras, pobrecita, la semana pasada llegó, se nos arrimó y no pudo decir ni una palabra, tan solo llanto, todas sabemos que hacer en esos casos, le permitimos llorar, luego hablará, al principio poco, después nos contará todo, la ayudaremos, todas pasamos por eso…..¿La canosa?,¡ Ah no, esa es la mas antigua, me han dicho que lleva como ocho años! ¿Te imaginas? ¡ocho años!, ocho años de lluvias, silencios, soledades….claro que es fuerte, tenemos que serlo, mira los ojos de todas ¿Notas algo?, todos son iguales, todos tristemente iguales
- ¡Marujita, mija! ¿Cómo amaneció?
-Ya sabe misia Consuelo, lo de siempre
-Sintió el aguacero de la madrugada
-¿Cómo le parece?
-Otra vez lloviendo, otra vez
-¿Trajo la foto?
-Si aquí está, mírelo
-Pero que guapo
-Cierto que si, cierto que mi príncipe es el mas guapo de todo el mundo
-Cierto Consuelito, cierto
-¿Vinieron todas?
-Casi todas, faltaron la Negra y Estercita
-¿Y eso?
- Estercita me llamó esta mañana, dijo que hoy no se sentía con fuerzas, ya sabe Consuelito como es esto.
-Pobrecita ¿y la negrita?
-De ella nadie sabe nada, desde hace días nadie sabe nada
-Será que…….
-Ya vamos a empezar, coja la foto y álcela, bien, bien pero bien alto, todas en coro ¡ Una ,dos y tres! ¡ Vivos se los llevaron y vivos los queremos de regreso!


“A dónde van los desaparecidos
busca en el agua y en los matorrales
y por qué es que se desaparecen
por que no todos somos iguales
y cuándo vuelve el desaparecido
cada ves que lo trae el pensamiento
cómo se le habla al desaparecido
con la emoción apretando por dentro”
Ruben Blades