Inicio / Cuenteros Locales / RuBoR / Entre trozos y destrozos de mi vida. PARTE 3.
Y el gran día llego, Alejandro había nacido, si, un bello varoncito.
Ahora estaba en mi regazo, acaricie con ternura su carita y dicen que un bebe recién nacido es aún muy pequeño para sonreír, pero él lo hiso. Me sentí afortunada.
Para mi dolor, la cercanía de la sangre de sus padres biológicos causo una deficiencia que años más tarde saldría a la luz. Pero nada de eso menguaría todo el amor maternal que albergaba para mi hijo, que tanto espere.
Aparentemente era un niño normal, yo notaba ciertas diferencias con otros niños que gatearon, caminaron o dijeron mama antes que él. A los tres añitos desbordaba de gracia y me colmaba de amor, el más grande amor que he conocido y que agradezco a Dios por haberme permitido ser madre aun en estas circunstancias.
Seguía muy enamorada de Alberto, no era la blanca paloma que yo creía pero ya todo era cosa del pasado. Siempre tuve claro que era en las buenas y en las malas. Ahora nuestro hogar era casi perfecto, qué más podía pedir, un esposo, un hijo y la vida transcurría sin más.
Entonces, la muerte de la madre de Atalia causo la llegada de mi hijastra a la casa. Convertida en una toda una mujer con poco menos de veinte años y tras llevar una vida disoluta e inmoral sin nadie que la corrigiera pensé que se compondría al vivir en un verdadero hogar y tener la imagen paterna que nunca conoció como tal.
continuara |
Texto agregado el 22-04-2009, y leído por 112
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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22-04-2009 |
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espero muy emocionado lo que sigue, vas de maravilla******* JAGOMEZ |
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