Escribo sin pensar, igual que pienso sin escribir, pues aún no hay puentes grafoneuronales que ayuden al proceso exacto. Sólo tengo saliva y semen, pelos en los sobacos, cinco litros de sangre y el querer sombrajo en pleno centro del sol. La música es agua y sales que ayudan a que siga vivo, a que siga viviendo que no es lo mismo.
Texto agregado el 21-04-2009, y leído por 133 visitantes. (3 votos)