Armado hasta los dientes
sobre un feroz volcán
te sientes el más fuerte,
el más hombre,
el gran-
jero más respetado, como un conde.

Pero viendo la realidad
te encuentro en el videoclub
espaldando a la humanidad
de una película que nunca has visto
e imaginando el alud
del torrente de tus hijos

que al verte llegar
con los juguetes que has comprado
se producirá:
un nuevo balón de fútbol,
unas pistolas de plástico
y cien juegos reunidos en uno.

Hoy los has hecho más felices;
jugarán de sol a sol,
pero preguntaré, a ver qué dices:
¿Eres tan poderoso como ayer?
Ojalá no respondas que no
aunque no sé qué piensas hacer.

Si algún día concluyes en que no eres así
dale la vuelta a tu vida,
da un giro y huye de aquí:
vete al lugar más lejano del que te encuentres,
túmbate en el suelo, mira al cielo y olvida
tu pasado fracasado, viviendo entre serpientes.

Algún día te lograrás agradecer
todo lo hecho por tí.
No dejes que tus ancestros digan lo que tienes que hacer.
Tu futuro es sólo tuyo
por lo que debes elegir
el camino que recorras con mucho más orgullo.




*Javier Santalices*