Inicio / Cuenteros Locales / saxini / Requiem de mi vida (a mi amada Maria)
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Prometimos no vernos si nos encontrábamos aquí en dos años, no saludarnos, olvidarnos uno del otro. Aquel día cuando pasaste no dudé en alejarme, pero me reconociste, y cumplimos con lo que los dos ya sabíamos, que no puedo guardar promesas. Me veo ahí sentado tomándote otra vez. Cuando te conocí, era yo un chiquillo inexperto con ganas de aventurar. Tu me mostraste caminos que nunca, me oyes, nunca, hubiera podido siquiera soñar, y me llevaste como una experta, picara vehemente. Ahora mientras te sentía recorrer mi cuerpo, sentí tristeza. Una tristeza vaga, pero penetrante, que me inundaba. La melancolía me choco y, con pasión, nos amamos como nunca. No me olvidaré jamás de ti, aunque ya no suene a despedida, algún día volveré a tocar tus labios, tu lo sabes, no me mientas, porque la primera vez que nos vimos yo sabia que me enamoraría de ti al instante. Andabas ya con todos mis amigos, mas nunca me importo compartirte. Era yo todo un tonto que se moría por conocerte y me mirabas. Me mirabas con ojos de quien me quiere, y me quisiste desde que nos conocimos, no lo niegues, porque yo lo se mas que nadie. No te interesaste en mi por mucho dinero que tuviera, luego juntos fuimos aprendiendo a amarnos y me escuchabas, me comprendías. Me amabas como nadie nunca lo ha sabido hacer y desde el primer momento, en cuanto nuestros labios se tocaron tibiamente, me deje llevar por ti. Ahora lo siento como la primera vez, que por mas que yo solté una bocanada de aire y lisuras, todo inexperto y tonto antes de escaparme contigo y rebelarme a la vida, me quisiste Mas bien tu me liberaste y me dejaste lejos de todos. Estoy acá contigo y tu aliento me sabe a despedida, porque lo es, me despido de ti para siempre. Debo confesarte, hermosa, te odie. Te odié y amé porque supe que estábamos hechos el uno para el otro. Los primeros días aborrecí el día en que te conocí, y prometí no verte mas, pero teníamos amigos en común y cuando Víctor nos juntó otra vez, ya no pude mas. Me entregue a ti y de ahí en adelante no paramos. Nuestro amor era loco, burbujeante y aventurero. Todo, eso era nuestro amor y nos deseábamos y nos amábamos en los sitios menos pensados. Recuerdas aquella vez en la iglesia que nos amamos sin vergüenza, sin pudor. Y cuando paso por ahí el cura, ese maldito que me manoseo cuando aun era yo un niño, nos entregamos los dos a la ira, porque tu actuabas como yo nunca lo pude hacer y me enseñabas a vivir, sin reglas, con tus reglas. Dios, lo golpeamos hasta morir. Nunca descubrieron quien fue, fue todo tan perfecto. Ahí empezó mi ruina y, a pesar de eso, los mejores momentos de mi vida. Mi familia dejo de hablarme, ya no me alimentaba. Jamás me importo, los deje, los deje por ti y por los nuestro. El escándalo siempre fue nuestro enemigo y nos perseguía, pero somos mas rápidos que el, no es así, amor mio. Ahora te miro tan indefensa, disminuida, que me haces llorar. Antes cuando entrábamos juntos a algún sitio todos se acercaban a vernos, todos nos admiraban, y yo amaba los momentos cuando andábamos juntos. En ese entonces cantábamos when everything is made to be broken... . Porque todo esta hecho para romperse. Mientras pienso en dejarte me duele, estoy aterrado y lo se. Lo siento como te sentí siempre, tu nunca me harías esto, jamás me dejarías. |
Texto agregado el 22-05-2004, y leído por 250 visitantes. (0 votos)
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