Bueno, como les venía contando:
De niño sufrí de sin-números de abusos, sexuales, de violencia física, de atentados callejeros.
Fueron todos contra mí, mis padres, hermanos, algunas sirvientas pagadas, tíos, primos lejanos, seudos-amigos.
Peino canas pero hasta la fecha no he podido modificar las circunstancias. Y todo porque decidí por mi cuenta anotarme de Boy Scout, ese fue el gran desafío, cumplir para la Corona, donde ni si quiera me conocen pues no pude continuar la misión.
Pero ahora tengo un sobrino de tres años que está pasando por el mismo trance, aun no sé como hacer para ayudarlo. No estoy desesperado pues yo me críe de la misma forma y se puede seguir para adelante.
Pero llega un momento que comienzas a querer matar a tus agresores de forma serial, aunque sientes que la cifra será siempre insuficiente y por ello terminas por desistir de hacerlo.
De todas maneras, calculo que el fin es que me encuentren culpable cuando la sociedad descubra que Nicolás efectivamente ha sido abusado.
Es muy difícil que alguien pueda imaginar como posible semejante empresa. Que puedan existir tantos terroristas locos y mancomunados para tan bajo fin. Que el propio padre le meta el dedo en el culo por encima del pantalón mientras le amasa el miembro, que la madre le coloque Viagra en la sopa para que permanezca por horas erecto, que la sirvienta lo haga gatear desnudo por la tierra cual perro que tiene parásitos para así lastimarle la colita, que la abuela lo haga jugar con electricidad para que eventualmente quede electrocutado.
Lo mismo observo de los alzamientos populares por causa de crímenes, o abusos de similares, donde dichos participantes del pueblo allegados a las víctimas, vecinos vestidos de gorras con mochilas, atacan a cuanta persona se interponga, o la propia autoridad.
Lo que hoy a mi sobrino y antes a mí, ahora lo está padeciendo mi querido país.
Observen en la teve, que detrás de unas sonrisas diabólicas que se esgrimen, se esconden los objetivos de querer hacer salir el sol de entre los nubarrones; o viceversa.
Voy a seguir adelante pero primero sepan disculpar el bajón que resulta tan descarnado relato.
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