Esa flor…
Por luchar contra nuestra voluntad, algunas veces olvidamos quienes somos en esencia. Del mismo modo que la oscuridad ciega a nuestros ojos, la pena ciega a nuestro corazón.
Cierra los ojos, respira profundamente y encontraras que la imaginación proyectara en la mente una flor radiante y suavemente perfumada.
Es que nunca debes dudar que en otro lugar alguien piensa en vos...
respira profundamente…
imagina que esa flor eres tu.
Texto agregado el 18-04-2009, y leído por 150
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