Hoy es el ultimo día que te veré, recuerdo vanamente cuando salimos de la fiesta de grado, me prometiste salir conmigo antes de irte a parís a estudiar, hoy es mi última oportunidad.
Llegue temprano a la cita, me aseguro que la mesa fuera perfecta, tener el suficiente dinero para gastar, no podía salir nada mal.
Quince minutos después de lo acordado llegaste, disculpándote por tu retraso, pero quien se fija en el tiempo cuando tiene a una chica tan hermosa al frente. Me saludaste con un beso en la mejilla y nos sentamos.
-¿quieres algo?- pregunte vacilante, sin poder apartar la vista de esos bellos labios que brillaban, al igual que esos hermosos ojos azules.
-Empecemos con un helado-respondiste con una gran sonrisa
Fui y traje dos copas, mientras te veía comer, pensaba si sería capaz de hablar, respire profundo y como quien suelta una bomba pregunte.
-¿Qué sientes realmente por mí?
La pregunta quedo en el aire, el silencio, solo interrumpido por los latidos de mi corazón, duro poco mas para mí fue una eternidad.
-no sé, ya te he dicho, no he determinado lo que siento-
-¿Que hay que definir?- te conteste suavemente acercándome a ti lentamente
-¿si mis ojos se encuentran con los tuyos que sientes?- tu silencio me mato, mas no pretendía irme con la misma duda que llegue. Tome tu mano
- si te toco, ¿pasa algo?- dije con temor a que te enojaras, mas entrelazaste tus dedos a los míos.
-¿Qué he de sentir? ¿Cómo saber si es amor?
Lleve tu mano hacia mi pecho y la pose en mi corazón.
-Algo como esto- te respondí.
Quitaste lentamente tu mano, mas aun así sonreíste sin dejar de mirarme
-si te besase en estos momentos ¿Qué harías?
-Creo que te abofetearía-contestaste, haciendo un ademan con una gracia única propia de un hada.
-tranquila no lo hare, si algún día te besase será porque así lo desees tu- Sonreí vanamente y desvié la mirada al suelo
-pues no se-dijiste titubeante- podríamos intentarlo, no estoy segura pero bueno.
¡Por fin! Por fin me habías aceptado, no sabes cuánto se acelero mi pulso y cuanto me arrepentí por lo que te conteste.
-No, el día que estemos juntos, quiero que estés segura, no solo por la presión del momento, no quisiera arruinar nuestra amistad; no mencionare mas el tema y que todo siga su marcha
Me diste un gracias mudo, mientras continuaste comiendo, posaste de nuevo tus ojos en mi, te acercaste y pusiste delicadamente tus labios en los míos,
Separaste tu rostro del mío y me miraste con complicidad.
-pues dime, ¿Qué significa esto?- pregunte casi en shock
-Eres muy especial para mí, sin importar lo que pase entre los dos eres la persona ideal para un primer beso, aunque sea el único que tengamos-respondiste
¿Cómo juegas así conmigo? Sabia que debía enojarme contigo, pero no podía estaba extasiado y aunque no te lo dije también fue mi primer beso.
Paso el tiempo, te fuiste a parís, hiciste tu vida y yo la mía, de nuevo encontré el amor y pronto tu nombre se fue borrando de mi memoria, los ocasos se posaron en mi piel robándose la juventud de mi piel.
Te encuentro en una cafetería, esa misma en donde siendo mozo, me robaste un beso, y aunque no recuerdo tu nombre, mi corazón recuerda tu ser, y vuelve a latir como hacía ya tiempo no lo hacía, te saludo, tardas un tiempo en reconocerme, pero al final lo haces y te invito a tomar una taza de café.
Luego de ponernos al corriente, me miras de nuevo de la misma forma que solia cortarme el aire y aunque tus ojos estén algo apagados, siguen teniendo el mismo brillo.
Lo sé por fin, te quiero- dijiste y dulcemente besas mi mejilla
Mejor tarde que nunca, no lo crees- conteste arrancándote una sonrisa
Al despedirnos, esta vez fui yo quien te robe un beso. .
-me lo debías- te dije
Me sonreíste y dijiste adiós
Ambo sabíamos que no nos volveríamos a ver, pero aun así nunca nos alejamos de aquel beso.
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