Si mi imaginación pudiera regalarme la posibilidad de soñar que me amas, desearía entonces no despertar nunca y envejecer contigo en mis sueños. Si mi imaginación, por primera vez en la vida, pudiera realmente hacerme feliz… desearía entonces ser un Don Quijote, viviendo en el país de la imaginación, usando como si fuera una galante armadura un sartén y de espada un periódico enrollado… peleando contra gigantes de concreto sólo para protegerte de cualquier maldad.

Si mi imaginación pudiera hacer olvidar mi paleta y pinceles por un rato… así dejaría de retratarte tanto, porque la verdad, ver tu rostro hecho con mis propias manos, sabiendo que no es mío es una agonía que me mata todos los días y llena de pesar a esta alma suicida… que se muere porque no es correspondida y sin embargo, no es capaz de olvidarte.