Quemaré de a una las hebras de paja
que acolchonan mi soñar profundo
para poder despertar dolorido
con los huesos calados de espasmos
por la dureza hostil del suelo de esta tierra
absurdamente generosa
si no me deja dormir a tu lado,
mi amor,
por fin,
después de años de espera
tal vez un pájaro presagie nuestro día
y hagamos los más preciosos versos
que son aquellos que no tienen palabras.
Texto agregado el 17-04-2009, y leído por 124
visitantes. (4 votos)