Ahora somos amigos…
pero que le digo a mis sueños
que siguen fingiendo una sonrisa.
A mi alma que la salvaste del infierno.
Cómo convencer a la vida,
si a tu lado volví a nacer… volví a creer.
Cómo decirle a mis labios,
que continúan gritando al cielo
y olvidaron sonreír.
No sé que decirle a mis ilusiones,
si de noche sofocan su aliento
al recordar que ya no estás aquí.
Cómo consolar a mi corazón,
si no puedo mencionar tu nombre.
Si aún siente tus besos escarlata
y pretende escribir páginas de muerte.
Qué le digo a mis ojos.
Si todas las mañanas
se asoman por la ventana,
con la intención de buscarte,
en medio del camino.
Qué le digo a mis pies,
si se pierden en la salida de un túnel sin final.
Cómo le imploro al viento que no reparta alas,
si estoy solo en la selva.
Qué puedo decirle al agua,
si me encuentro en una encrucijada.
Cómo le digo al destino,
si a tu lado pasaron miles de primaveras
y noches estrelladas.
Qué le digo a la razón,
si está envuelta en acertijos.
Si en mi alma no deja de llover.
Cómo decirle a la soledad
que la habitación está vacía.
Si aún te amo a oscuras.
Cómo apagar el fuego;
si pregunta por ti en cada amanecer.
Al misterio si sólo pide un milagro,
algo, que me lleve a tu lado.
Qué puedo decirle a tu voz,
si baila en las paredes de mi cabeza.
A tu fragilidad,
si sólo te rodea la luz de tu esencia.
Qué le digo al tiempo,
si los colores siguen vivos;
si eres la razón para vivir,
si te sigo amando y no te puedo borrar.
|