Guardo dos asientos reservados Para el final de la obra, Y dos relojes atrasados, con aquella misma hora. Guardo dos sueños contagiados De lamentos y quejidos, De nostalgia… de olvido, En un baúl de la memoria. Guardo tus mejillas heladas Y tus manos tibias, Las mismas que te robe, Una mañana fría de diciembre. Guardo dos asientos reservados Para el final de la obra, Y dos acordes rezagados, En la cola del piano.
Texto agregado el 17-04-2009, y leído por 89 visitantes. (1 voto)