Contentos y sentados a la mesa estan Renán, su mujer Mirta y Nicolás el pequeño de más de tres años de edad. Los mellizos Marisol y Mauricio de doce años, hijos de su ex compañera están pasando el fin de semana en la casa de su padre, Renán.
El aroma hogareño se descompone por una racha de mal olor que se extiende por la habitación . Renán mira a su mujer y esta a los mellizos que se miran entre si. Nicolás , inocente, juega contento con la cucharilla y una tapa.
Vuelve a recargarse el aire y Mirta disculpa:
-Ese hedor debe venir de la calle.
-Con las ventanas cerradas y en el tercer piso. Â no.!
Mauricio se cubre la nariz con la mano mientras Marisol trata de ser discreta acercando un pañuelo y mirando a cualquier lado.
El padre molesto pierde la paciencia y su voz enronquecida se hace oír:-Quien tenga problemas, que se retire al baño.
Nadie se mueve. Mauricio mira a Marisol y soportan valerosamente las ganas de reír. Renán exige:
-Es que no oyen, niños!
Marisol muy seria niega ser ella y Mauricio exclama:
-Menos yo, papito.
-Es que es algo intolerable, nunca había pasado.
Si alguno no se siente bien, o está incómodo, puede retirarse de la mesa.
-Créeme, papa, dice Marisol y se levanta y se va al dormitorio asignado el fin de semana. Mauricio solidario la sigue y la encuentra guardando sus pertenencias en su bolso, muy silenciosa. Se oye un golpe de nudillos en la puerta y esta se abre y da paso a Renán.
- Quiero irme a casa con mamá. Nunca te he mentido, papá y no me crees.
Y las lágrimas se desbordaron de los lindos ojos de Marisol y Mauricio agrega:
-Nos podemos ir solos, papá.
El padre los abraza y los lleva de regreso al comedor, justo en el momento en que Mirta levantaba de su asiento a Nicolás , tomándolo por debajo de los brazos, con su ropa empapada y su cojín inmundo y diciendo mientras lo llevaba hacia el baño:
- Parece que las guindas le hicieron mal.
Y el apetito se escapa por las ventanas abiertas. |