Ayer caminé, por primera vez este año, bajo la lluvia de primavera. Con andar pausado disfruté de cada gota que sentí caer sobre mí, de cada bocanada de olor a tierra mojada, de la sensación de frescor puro que sentía. Con cada paso dejé que esa lluvia disolviese las cenizas del invierno y me limpiase de pasados grises, de malos recuerdos, de ingratas experiencias.
Ayer caminé, por primera vez este año, bajo la lluvia de primavera y fui capaz de oírla caer, sobre el verde del jardín y sobre las hojas nuevas de árboles viejos.
Ayer caminé, por primera vez este año, bajo la lluvia de primavera, mientras disfrutaba de ese regalo que la vida me ofrecía.
Ayer caminé, me empapé. Ayer me sentí vivo y disfruté de vivir, bajo la lluvia de primavera