Sus pies son blancos suaves y fragiles, que se deslizan en la tierra de aquella tarde. Sus piernas son largas, verdes y suaves, de las que salen sabia de viejas heridas. Sus brazos verdes que reciben los rayos del sol, suaves y delicados, como papel. Su rostro tan lindo, que produce dulce nectar. A demas de su cabello que desprende un dulce perfume. Esta es la manera en que uno compara la belleza de una flor y la mujer que la iguala.
Texto agregado el 15-04-2009, y leído por 112 visitantes. (3 votos)