Abrí los ojos muy tarde,
(Las mañanas siguen sin ser para mí)
tanto que ya no había nada por ver.
Ahora el mundo se desase por miserias
Yo lo se,
soy la miseria.
(Pero no el miserable)

A veces siento como si la vida perdiera sabor
A veces creo que la vida es algo así como “Light”
Y entonces busco a los viejos poetas
Los que nunca hicieron dietas ni cuidaron su figura
Ellos tenían cosas más urgentes en mente.
Como vivir o morir.
O coger…
Ahora nadie quiere a los gordos de intelecto.
El plan hoy pasa por los anoréxicos de pensamiento.
Las estrellas de tv y los idiotas de la radio proclaman la nada
Y negocian con la estupidez de todos (siendo ellos mismos el premio)

¡Bha! son los mismos bufones de siempre…

Prendí un cigarrillo y subraye unas líneas.
(Siempre supe remarcar lo importante)
Mientras la ciudad se habré en su herida.
Siento que mis talentos son absurdos.
Que mis palabras son zozobras.

Y difícilmente encuentre consuelo en la vejes.

No nací para eso de ser viejo.
Ni de mente,
Ni de cuerpo,
Ni de alma.
(y no es que de cuerpo allá tenido mucho que ofrecer)
No tiene que ver con una cuestión estética.
Es simplemente todo ese asunto del dolor.
A la mañana, a la tarde, a la noche.
Dolor.
Los viejos hablan de dolores.
Los viejos viven en el dolor.
Los viejos son el dolor de la humanidad.
Son el miedo y el rostro de la inevitabilidad del ingenio humano.
La comprensión final de que la fecha de vencimiento
estaba en el reverso del alma.
Y lo peor es que muy pocos de ellos son un poco mas
sabios de lo que fueron en su juventud.
Y claro que siempre va estar el hecho de que
ser viejo significa negarse de casi todos los placeres
Y por supuesto
Una vida sin placeres
No
Es
vida…

Dejo de jugar con mi mente.
Apago ciertas ideas suicidas.
He aprendido a perder,
Y hoy día,
estamos todos en perder.

Tengo un álbum de fotos atestado de risas.
Y una cerveza fría junto a mi chica.
Que el mundo se valla al carajo.