En mi sombra Dios se esconde
como un perro moribundo
que escapa de las miradas piadosas;
lentamente va sembrando sus semillas,
extiende su reino invisible
visible en toda mi carne.
Avanzo entre la luz y las tinieblas
suspendida en la noche cerrada
por sus manos que en mi sombra descansan
Hoy soy tan solo huellas sin pisadas...
Texto agregado el 21-05-2004, y leído por 217
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
02-01-2006
Me encanto, te felizito speeromeo@hotmail.com ALFAROMEO
23-03-2005
Misico...dios crece y participa de tu existencia.
Impresionante. mandragoras