SILENCIO.
El silencio es mi tumba, mi cárcel de hielo. Los sonidos que no percuten al entorno, como si fueran rastros quiméricos de otra humanidad.
Lo vivo y someto a la duda de mi mano. Con ella acaricio su roce y calmo la vibración de su caída. Nada siento. Deseo ignorar, pero sé y no olvido, que el silencio es el dolor del viento.
Texto agregado el 21-05-2004, y leído por 151
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