invoco silencio al mismo tiempo que me lavo las manos. llevo más de setenta y dos horas sin descansar la cabeza aunque la pegue a la almohada y cuando me busco encuentro pedazos de tracks escurridos entre las horas de viaje en buses que me llevan siempre hasta donde no estaba antes ni después.
"así es como puedes estar donde no estás". se me repite como eco intermitente esto del ser ese tipo de persona, imperdonable, que se roba el azúcar de los café de Lastarria. una más, una más y me voy. una más y doblego mi orgullo, mi supervivencia emotiva al más absurdo arrojo de sentir amor, no por ser absurdo sino más bien por desarrollar cierto apego a las letras que me acercan siempre hasta el más dramático de tus recuerdos.

tengo más de cien entradas que hablan de lo mismo. sumo otra a ver si ahora se me calma un rato la mano.