Noches en vela
y boli en mano
escribiendo todo lo que siento,
yo solo, llorando,
expresando, relatando
mi tristeza en mil versos,
mi existencia, mi sexo,
mi fracaso...
Un enfado,
suficiente para odiar
la rima que me hace alcanzar
mi sueño
cubierto de insultos confianzados,
insulsos, desamparados,
que me agreden a su paso
firme,
hasta acabar desfallecido,
sin fuerzas,
sin amigos.
No siempre escribo sobre mí,
no meo sangre ni me mato en sueños,
pero esta vez sí:
me escribo destruído en mi exterior,
serio por fuera,
aunque sonrío en mi cara interna.
Gracias a mi vida
ajena a mi casa
muy inconsciente aunque muy ordenada.
¿Por qué ahora quiero llorar?
¿Por qué todo sucede siempre igual?
Siento que lo bueno es irrepetible
y lo malo siempre vuelve a pasar
dejando a un lado lo que pienso,
abandonándome, desértico.
Puede que tú no me conozcas,
no me entiendes,
y el que sí es
porque me quiere:
"Agradecido por tí me siento,
feliz por tan sólo verte,
tocarte,
acariciarte,
quererme..."
Esto es un llanto más en mi vida
que hace llorar a todas las rimas
por sentirse como yo, solas en sus días
cercanos a la actualidad
y alejados de la felicidad...
...de la felicidad...
Prosa versificada sin más,
enrarecida como algunas,
incomprensible,
como muchas,
creíble como ninguna
no escrita,
feliz por dentro al hablar de su futuro,
terrible por fuera, enloquecida,
maldita...
*Javier Santalices* |