La alegría del alma mía,
Se muestra; a través de mi mirar,
Sin disimulo, sin tiento, sin miedo;
Ante el profundo de tus ojos,
De tu esplendoroso mirar,
De amaneceres bellos,
De noches de batalla sin final.
Alma mía, mi boca clama tú nombre,
Mis ojos la imagen de tu rostro,
Mi mente el recuerdo de tu boca,
Mi cuerpo anhela las caricias,
Que tus alientos alborotan.
El alma mía;
Visito el cielo resplandeciente
Mirando el horizonte sobre el mar
Y camino en el verde bosque sin final.
No logro distinguir a los Ángeles
Montados en sus nubes,
Solo vio tu rostro angelical.
No encontró sirenas sobre rocas
Hasta que tu voz mis sentidos embrujo.
Sin ninfas que cabalgasen,
Sobre el lomo de unicornios,
Hasta que a mi vida llegaste, tú.
El alma mía; hoy de soldad está vacía.
Hoy desea encontrarse junto a ti.
Hoy clama el nombre que pende en tu cuello
Hoy imagina verse en tus ojos,
Sin miedo a perderse, en su laberinto sin final.
El alma mía; se ha reencontrado, con ilusión,
Ha la esperanza una vez más.
Me entrego a las dulzuras; que pudiera
Reencontrar junto a la tuya.
Alma mía, y a ti; que se te apetece disfrutar.
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