Me senté en la silla de siempre, con mis manos llenas de paz y oración, mi cabeza agonizante se aplastaba mientras rezaba hasta muy tarde, eran las 3 de la mañana y las replicas del perdón salían entre mi túnica y mi cinta en el cuello, los pajarillos sin parar me escuchaban, y el viento se hacia ardiente entre el perdón y el olvido. Nadie sabe en que momento alguien en algún lugar escuchara nuestras peticiones ni mucho menos si podrán algún día ser cumplidas, solo se que esta vez un dios y una virgen me miraban avergonzados desde algún lugar del mundo, despeinados, tristes y cobardes por la formación inmunda de este ser que ruega sin parar el bendito perdón entre los cantos del maligno hablando en mis tímpanos , no soy digno de poseer esta falda larga , pues cometí un pecado , ellos lo saben , toque lo intocable y ame lo jurado , ame lo prohibido entre la noche infeliz y veleidosa , nunca quise soñar esta pesadilla que hoy vivo , me repito cientos de veces por que caí en la tentación si tantas veces jure y recé por seguir mi camino estudiado y religioso que tanto conquiste , y no puedo remediar nada , mi conciencia ya esta impúdica de sudor y pecado al caer sobre la piel de aquella provocadora fruta , aquella que oculto mis deseos hacia el padre y la madre y me sepulto en el sabor mientras me perdía en el goce .