Estoy resistiendo interiormente, y solo mis ojos afligidos logran percibirlo y hasta considerar el espanto que el mismo padecimiento hace sentir,
Esa soledad quebrantada…
Por vacilaciones, códigos y teorías que muchas veces pienso que no arrancaran nada mas que siempre, el silencio de mi propio dolor.
Y aunque tengo muchas lágrimas derramadas, creo aun que faltan mucho más kilómetros de lamentos

Mi ajustada retirada a los cambios puede inducirme en algún instante una alucinación de hastió.
El mismo dolor que hace que mis heridas derramen sangre sin difundir hace también que mi paz se encuentre en algún espacio.
Quizás será por mi alma que esta cansada de mi propia guerra.
Solo debe reposar, para rehacerse, y aunque soy convicta de mis sentimientos, de sentir una y otra ves el padecimiento.
Por ahora es la única forma que encontré de serenarme,.
con mi propia sangre propagada
Si bien mis ojos ya no brillan como antes, y transportaran consigo un abatimiento perennemente,
Aun me queda una pequeña chispa de luz, que hace que mi subsistencia aun sea tan noble
Como creí que era.
Que me hace crecer y no caer a pesar de esta batalla más que perdida.
El que me arroja un ancla en mis días de tormenta
Me enseña que si bien no puedo hacer gran cosa respecto a la longitud de mi vida, quizás pueda tener un alcance a la profundidad.
Quizás nunca es demasiado tarde para ser quien hubiera podido ser.
Alguien me dijo una vez… Entregarse al cambio no implica abandonarse